“Ballena azul” es un juego suicida que está conmocionando al mundo. Este fenómeno, cuyo origen se rastrea en Rusia, se ha extendido por varios países y ha llegado a Colombia. De hecho, la DIJIN se encuentra investigando las muertes de tres adolescentes en Bogotá y en los departamentos de Norte de Santander y Valle del Cauca, que podrían estar vinculadas con el juego.
Los primeros incidentes se reportaron entre 2015 y 2016, en Rusia, Kazajistán y Kirguistán. De ahí, se han conocido otros casos en países europeos, asiáticos, y en México y Brasil. A pesar de que en la mayoría de situaciones no se ha podido identificar la relación directa entre la muerte y el juego, hay varios factores que lo sugieren, al igual que patrones similares entre los afectados como pensamientos suicidas.
Ahora bien, el reto consiste en superar cincuenta desafíos a lo largo de cincuenta días. Para esto, la persona debe registrarse o encontrar un curador que lo dirija. Generalmente, se hace a través de redes sociales como Facebook donde existen comunidades dedicadas al juego, o en Twitter usando hashtags como #bluewhalechallenge, #curatorfindme, #helpmedie, #Imingame, entre otros. Es un juego cerrado, es decir, su acceso no es público.
Luego de que el curador y el jugador se vinculan, este último debe aceptar seguir al pie de la letra todas las instrucciones que le envíen y encargarse de registrar gráficamente el cumplimiento de los retos. De no hacerlo, puede recibir amenazas o chantajes encaminados a que continúe. Las tareas asignadas van desde hacerse heridas con cuchillas, ver vídeos con contenido perturbador, levantarse en la madrugada, hasta hacer dibujos. Al final, para ganar, el jugador debe cumplir el desafío final, suicidarse.
Se dice que el juego recibe ese nombre porque hay una analogía entre cómo las ballenas azules se acercan a morir a las costas por decisión propia y la forma en la que algunos adolescentes buscan terminar con su vida de manera voluntaria, ya sea por distintas razones.
El público objetivo suelen ser jóvenes entre los 12 y 14 años, con tendencias depresivas, problemas de autoestima e introversión. Además, factores como la búsqueda de aprobación y la necesidad de sentirse parte de algo, frecuentes a esa edad, junto con la falta de control en el uso de las nuevas tecnologías, pueden ser determinantes.
Víctima mortal
El Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía realiza una pesquisa para esclarecer el suicidio de una niña de 13 años, el cual se cree que puede estar relacionado con el fenómeno “ballena azul”.
El martes 18 de abril, fue hallado en el patio de una casa del barrio Bellavista en el municipio de Villa del Rosario (Norte de Santander) el cuerpo de la joven. El fallecimiento fue causado por ahorcamiento, el cual se presume fue realizado por la misma adolescente.
Las autoridades están tratando de determinar si algún familiar de la víctima o persona cercana indujo a la adolescente a que se quitara la vida, y la Fiscalía tiene en sus manos el celular de la madre, medio por el cual se presume que la menor se comunicaba con los presuntos responsables.
La madre de la niña le dijo a El Tiempo: “Recuerdo también que yo encontré en mi celular que ella utilizaba cuando yo dormía los pasos a seguir que le enviaron sobre cómo atar una soga (…) El rayonazo que mi hija tenía se lo hizo antes de morir, con una aguja. O sea, esto fue un proceso bien dirigido, muy minuciosamente. Cada día envían un reto y la escuchaba decir en voz alta que había pasado el reto, porque tenía que decirlo en ese tono de voz”. Además, añadió: “hasta ahorita no entiendo la razón por la que mi niña haya tomado esa decisión tan cruel. Eso fue en un acompañamiento que duró 50 días, en los que ella no obró sola. Una vez me preguntó cuántas horas componen esa cantidad de días. Otro día me preguntó si existían las ballenas azules o si se podía comer 20 huevos crudos, también me preguntó si la gente que se suicida era valiente o no”.
Depresión y suicidio
La depresión es una enfermedad frecuente en todo el mundo, la OMS calcula que afecta a más de 300 millones de personas. Cabe anotar que es distinta de las variaciones habituales del estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana. Si no se trata adecuadamente, puede convertirse en un problema de salud serio, particularmente cuando es de larga duración e intensidad moderada a grave.
A pesar de que la media señala que es más fácil sufrir un primer episodio depresivo entre los 19 y los 39 años, se sabe que ha incrementado la cantidad de adolescentes que pasan por esto. Esta enfermedad puede ocasionar angustia y trastornar las actividades laborales, escolares y familiares. Incluso, en el peor de los casos puede llevar al suicidio.
Cerca de 800.000 personas se quitan la vida cada año y aunque el suicidio se puede producir a cualquier edad, se ha hecho cada vez más frecuente en jóvenes. En el año 2015, fue la segunda causa principal de defunción en el grupo etario de 15 a 29 años en todo el mundo. Cabe anotar que se ha registrado una relación entre el suicidio y los trastornos mentales, especialmente la depresión. Aunque hay tratamientos eficaces para la depresión, más de la mitad de los afectados en todo el mundo no los recibe. Entre las dificultades se encuentra la falta de diagnóstico, la estigmatización de los trastornos mentales, la evaluación clínica inexacta, y la carencia de recursos y personal sanitario capacitados.
Ahora, más allá de la incidencia que puede tener el juego habría que pensar si realmente el problema es la “ballena azul” o la falta de atención y tratamiento a las enfermedades mentales.
