Cuando Ucrania cumplió 300 días desde el inicio de la invasión rusa, el presidente Zelenski salió por primera vez del país con un destino claro: el país que ha sido su principal socio en el esfuerzo de resistir ante la agresión rusa.
Washington fue el punto de llegada para el mandatario ucraniano en su primer viaje al exterior desde el 24 de febrero. Fue recibido entre sonrisas y estrechones de mano por el presidente Joe Biden, quien prometió que el apoyo de Estados Unidos continuará por el tiempo que sea necesario.
Ambos líderes ofrecieron una rueda de prensa conjunta en la que el presidente estadounidense prometió que los ucranianos "nunca estarán solos" y en la que confirmó un nuevo paquete de ayuda por 1.850 millones de dólares para Ucrania. La diferencia, es que este nuevo plan de ayuda incluye una batería de misiles Patriot, que Zelenski consideró esenciales para mejorar la defensa aérea de Ucrania.
Biden estimó que dicho sistema de defensa tierra aire es necesario pues Vladimir Putin “no tiene intención de poner fin a esta guerra cruel”. El presidente estadounidense dijo apoyar una “paz justa” para Ucrania, un concepto que plantea líneas rojas para Zelenski pues, desde su punto de vista, toda paz debe garantizar la “integridad territorial” de su país.
Un emotivo discurso en busca de que no cese el apoyo
El momento clave de la visita de Zelenski a Washington se dio en horas de la noche. En horario prime time y con una intervención hecha totalmente en inglés, el mandatario ucraniano, aún vestido de su ya tradicional verde militar, se dirigió a una sesión conjunta del Congreso.
Fue recibido con una ovación de pie por los legisladores de ambos partidos. Varios de ellos portaban incluso los colores de la bandera ucraniana en sus vestimentas.
Zelenski comenzó con un agradecimiento general a toda la población estadounidense por todo el apoyo brindado a Ucrania a lo largo del conflicto. Y les recordó que apenas horas antes de partir hacia la Unión Americana, estaba visitando el frente de batalla de Bahkmut, actual escenario de cruentas batallas en el este del país.
“Contra todas las expectativas, Ucrania está viva y coleando”, aseguró Zelenski haciendo estallar en aplausos al legislativo. Aprovechó la oportunidad para abogar por más apoyo militar: “Tenemos artillería, si. ¿Es suficiente?, sinceramente, no", dijo el presidente.
"Esta lucha definirá el futuro de las futuras generaciones, de todos nuestros hijos”, comentó en su discurso en el que evocó la Segunda Guerra Mundial, haciendo un paralelo entre soldados que combatieron contra Hitler y los uniformados que hoy resisten a los ataques liderados por Vladimir Putin.
“Está en poder de ustedes a ayudarnos a traer la justicia a cualquiera que comenzó esta guerra. Que los terroristas sean responsables por este terror y esta agresión y que compensen todas las pérdidas por esta guerra, que la gente sepa que EE. UU. estuvo ahí”, dijo Zelenski.
El punto más emotivo, se enfocó en la celebración de Navidad. Aseguró que millones de sus ciudadanos pasarán estas festividades “a la luz de las velas, no por una ocasión romántica, sino porque no tenemos electricidad”. El mandatario ucraniano hacía referencia a los constantes ataques rusos que, en las últimas semanas, han tomado por objetivo la infraestructura eléctrica del país. Con misiles y con la ayuda de drones de fabricación iraní.
“Su dinero no es caridad. Es una inversión en la seguridad global”, sentenció Zelenski casi a manera de plegaria para que el Gobierno estadounidense no piense siquiera en la posibilidad de retirar su apoyo económico a Kiev, cuando más lo necesita.
La nación se enfrenta al que podría ser el invierno más difícil de su historia coincidiendo con cambios que se avecinan en el Parlamento de Estados Unidos. A partir de enero los republicanos pasarán a controlar la Cámara Baja y varios de los congresistas más radicales han sugerido recortes en la ayuda a Ucrania.
Con una visita para la historia, Zelenski buscó no solo mover corazones sino cementar una relación de aliados para el futuro de una guerra que no promete dar tregua en su país en un futuro cercano.