Paché Andrade nunca ha salido de Tumaco y por eso quiso dejar huella allí con lo que más le gusta: el fútbol. Hace 2 años se propuso con su amigo Armando Basto armar un semillero de futbolistas, una escuela que han financiado con sus propios recursos.
Empezaron por regalar balones en barrios y veredas -ya han repartido 1400- para reemplazar las pelotas de trapo y armar una cancha en una explanada en Candelillas, en el corazón de la producción cocalera, y se han propuesto regresar a los tiempos de los ya miticos La Gambeta Estrada, Willington Ortiz, El Tigre Castillo y Pablo Armero.
@jjjaramillo2