Desde que Barak Obama le dijo a los cubanos en español y en cámara lenta: “Nos-vemos-en-La-Habana”, el pasado 20 de febrero, la imperturbable capital de la isla empezó a experimentar un vértigo por cuenta de los preparativos que a toda marcha se están dando para la histórica visita del presiente de Estados Unidos.
Súbitamente La Habana se puso de moda y hoy es imposible conseguir una cama en ningún hotel de la ciudad. La visita de Obama será el próximo 21 y 22 de marzo, pero la comitiva de avanzada –que debe preparar el dispositivo de seguridad– ha agotado desde ya todos los alojamientos disponibles. Son tantos los visitantes arribando que esta semana el Aeropuerto Internacional José Martí colapsó: cientos de viajeros debieron reclamar por varios días sus maletas extraviadas, algunas versiones indican que el terminal no estaba debidamente dotado de los escáneres necesarios para revisar los aludes de maletas que empezaron a llegar.
Por ahora la agenda que desarrollará Obama en la isla es secreto de Estado. Sin embargo, los cubanos adivinan por dónde pasará la caravana presidencial al observar el trabajo de los obreros oficiales remozando fachadas y calzadas. Una vez el Air Force One aterrice en La Habana, el Presidente y su esposa Michael, pasarán al flamante cadillac presidencial, más conocido como The Beast (La bestia) para ir al encuentro oficial con Raúl Castro.
Para que el paseo resulte agradable y sin sobresaltos hay obreros trabajando en la salida del túnel de la bahía, un buen tramo del malecón habanero, la calle del museo de la música, la quinta avenida y en Miramar. En el paseo del Prado, frente al Capitolio, se están retirando viejas palmeras y remplazando por otras más frondosas y esbeltas. Además hay trabajadores en las zonas comunes de la Universidad de La Habana, por lo que se comenta que el presidente estadounidense podría dar una conferencia en el aula máxima de ese centro de estudios. No se ha confirmado ni descartado que Obama se reúna también con Fidel.
Sin duda, uno de los momentos más emotivos será –al segundo día de la visita– cuando Obama acuda Estadio Latinoamericano para observar un juego de exhibición que verá con otros 50 mil aficionados: el Tampa Bay (el equipo de béisbol de La Florida que juega en las Grandes Ligas) enfrentando la Selección Nacional de Cuba. Las apuestan van en constante asenso. Y se da por sentado que la imagen de Obama lanzando la primera bola del juego será una de las postales del viaje. Una imagen en alta definición y full color, que vendrá a actualizar el último registro de un presidente norteamericano en funciones visitando Cuba: la de Calvin Coolidge en 1928.
Cuando los ojos del mundo político y diplomático ya estaban volcados sobre la capital de Cuba por cuenta de Obama, Los Rolling Stones anunciaron, sorpresivamente, que también aterrizarían en La Habana. La legendaria banda de que está de gira por Latinoamérica ofrecerá un concierto gratuito el próximo 25 de marzo, así que una vez Obama y el servicio secreto dejan la isla, apenas habrá tiempo para cambiar las sábanas y acoger a los rockeros del mundo.
