El problema más grave que tenemos en Colombia es que se acabaron los políticos visionarios. En su lugar tenemos unas catervas de políticos y seguidores con muy limitados conocimientos sobre política internacional y, desde luego sobre los cambios globales. Por eso observamos al presidente Iván Duque y su comitiva en la reciente visita a Estados Unidos y en la reunión en la Casa Blanca con el presidente Joe Biden dando lora.
En las elecciones presidenciales pasadas por esos tipos de miopías colectivas tan arraigadas en los sectores tradicionales de la política nacional se evidenció que varios candidatos presidenciales y sus seguidores se opusieron de manera radical con burlas y memes a las propuestas del candidato, Gustavo Petro, de diversificar un poco la economía colombiana impulsando la producción y exportaciones de aguacates.
Igualmente, en aquel momento Gustavo Petro también planteó la urgencia de generación de energías limpias y más amigables con el medioambiente a partir del desarrollo de generaciones energéticas eólicas y solares a través de las masificaciones de paneres solares. Aquella propuesta fue objeto de cascadas de burlas y menes.
Hoy la realidad es que las dos iniciativas las desarrolla el gobierno con excelentes resultados. Ahora en esta campaña vuelve Gustavo Petro y propone otra iniciativa audaz para modernizar el transporte ferroviario nacional con trenes modernos y rápidos para conectar los grandes centros de producción industrial del país con las costas y los puertos, vuelven los precandidatos presidenciales poco visionarios y sus seguidores y la convierte en burla….
Lo polémico es que lo hacen superficialmente sin detenerse a examinar el Plan Maestro Ferroviario, elaborado por el gobierno de Duque y sin análisis rigurosos para donde cabalga el mundo en términos de modernización de los medios de transporte y de carga. Además, sin comprender el contexto y los alcances de las nuevas rutas de la seda de China en el mundo, especialmente en América Latina y el Gran Caribe.
Otra vez aquellos políticos con visiones parroquiales se oponen a una iniciativa que hace parte del proyecto de transporte más importantes, más trascendental y más estratégico que se desarrolla actualmente en el mundo. Conclusión: en Colombia definitivamente estamos bastante atrasados y Gustavo Petro sobresale entre políticos poco visionarios.