El fuego de la unidad está encendido. Entre arengas, agradecimientos a la madre tierra, y armonizaciones, inició la Asamblea Legislativa Popular y de los Pueblos.
Del 9 al 11 de octubre, integrantes del Coordinador Nacional Agrario (CNA), la Organización Indígena de Colombia (ONIC), el Congreso de los Pueblos, el Proceso de Comunidades Negras (PCN), la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular, Redepaz, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la Juntanza de Mujeres, Ciudades en Movimiento, procesos internacionales, y representantes de movimientos políticos como Fuerza Alternativa del Común (FARC), Colombia Humana, Polo Democrático, Marcha Patriótica y la Coordinadora Socialista construirán una agenda común donde converjan las luchas sectoriales y se salden las diferencias que fragmentan al movimiento social colombiano.
La Asamblea Legislativa Popular y de los Pueblos es un escenario para materializar la insatisfacción que sienten los campesinos, los indígenas, los afros, las mujeres, los sindicalistas y los jóvenes con un proyecto de país que violenta los territorios y amenaza los derechos humanos y la esencia de los acuerdos de paz.
Al finalizar la actividad, los legisladores populares esperan poder presentarle al país una agenda programática que sintetice los pliegos reivindicativos, rechace la cooptación de lo público por parte del capital financiero, potencie los mandatos territoriales como son las consultas populares, los territorios campesinos agroalimentarios, y las guardias interétnicas: un proyecto de país que privilegie la vida, la justicia social, y las diversas formas habitar el territorio.
Este escenario legislativo demuestra la necesidad de recurrir a la solidaridad para hacerle frente a un gobierno que ha planteado una serie de reformas regresivas. Los congresistas populares también son conscientes que además de tejer las luchas, es necesario darle un salto cualitativo al acumulado social disputando el poder en el plano electoral.
Por ello, uno de los principales objetivos de la Asamblea es concretar una movilización nacional en el primer semestre del 2019, y definir agendas electorales en los territorios; propuestas locales que le den continuidad a esa marea política compuesta por ocho millones de colombianos que eligieron una propuesta alternativa en las pasadas elecciones presidenciales.
Todo está dado para que el movimiento popular materialice un sueño: la unidad. En la apertura de la asamblea los afros gritaron una consigna que resume la esencia de este evento: “Dure lo que dure, cueste lo que cueste, si luchamos como hermanos, esta lucha la ganamos”.