Julio Sánchez Cristo es el periodista más influyente del país. El millón de oyentes que lo escuchan a diario hace que tenga un poder enorme dentro y fuera de Colombia. Su equipo de trabajo es una combinación de experiencia, sabiduría y juventud. Periodistas veteranos como María Isabel Rueda, Rafael Manzano, Félix de Bedout y Alberto Casas Santamaría, acompañados de jóvenes talentosos como Camila Zuluaga, Juan Pablo Calvás, entre otros.
Todos analistas agudos y versátiles. Pero en ciertas ocasiones, a los periodistas jóvenes como Calvás se les van las luces en algunas entrevistas y fungen de arrogantes como una especie de inquisidores y con aureolas de sabelotodo.
Gajes típicos de algunos periodistas capitalinos que se creen el cuento que desde la fría Sabana de Bogotá conocen toda la realidad del país. Por eso en reiteradas veces, Julio Sánchez ha tenido que hacerle al aire llamados a la calma a Calvás por sus tonos groseros y de inquisidor.
Quizás su irreverencia obedezca a su juventud y su afán de protagonismo periodístico, pero ojalá aprenda la serenidad de maestros como Manzano y Casas, y no incurra en frecuentes irrespetos con los entrevistados por sus aires de sabelotodo. Da la impresión que Calvas y otros periodistas jóvenes de La W sentaran a los entrevistados en una silla eléctrica. Para hacer una buena entrevista no se necesita ser agresivo, ni grosero, sino tener talento y saber preguntar con sencillez para que el entrevistado suelte los secretos.
El lunes escuché la entrevista que le hicieron al ministro de Medio Ambiente, Luis Gilberto Murillo, sobre el nombramiento del viceministro de aquella cartera, el exgobernador de Risaralda, Carlos Alberto Botero, un médico Cirujano, especialista en Gerencia de Servicios de Salud.
Un nombramiento calificado de más político que técnico. Sobre esa base La W armó un escándalo mediático porque Botero no tiene títulos que certifiquen su experiencia en Medio Ambiente. La entrevista fue un linchamiento de Calvás y el propio Julio Sánchez en contra del ministro Murillo. No le permitieron exponer a grandes rasgos los nuevos enfoques y componentes que piensa incorporar en los temas ambientales con el nombramiento de un médico en dichas responsabilidades. A Calvás y a otros colegas de La W les hace falta un cursillo de historia de los nombramientos de ministros que no han sido y no son expertos en los temas de sus carteras desde el siglo XIX. Además, sobre cómo ha sido el monopolio del poder ministerial de Bogotá, Antioquia y Valle en el país.
El historiador Roberto Segovia Salas fue ministro del Transporte; Cecilia López Montaño, Sandra Suárez y Gabriel Vallejo fueron ministros del Medio Ambiente sin ser expertos en temas ambientales; Gina Parody es ministra de Educación sin haber sido una experta en Educación; el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, llegó al cargo sin ser un experto en temas de Seguridad y defensa. La lista es larga y tediosa.
El nombramiento de un médico como viceministerio del Medio Ambiente, el cual muchos han calificado como un exabrupto, tiene una lógica que amerita ser examinada con más profundidad para encontrarle las razones más allá de la mecánica política.
Uno de los actores más importantes en el medio ambiente es el hombre y por eso cuando se habla de medio ambiente se debe examinar los asuntos relacionados con la salud humana. Los efectos del mercurio, el glifosato y otros agentes contaminantes en los ecosistemas y en la salud humana son asuntos que se deben incorporar en una nueva política ambiental en el postconflicto. Y es allí donde un médico puede jugar un papel determinante en un nuevo enfoque de la política ambiental del país. Sus conocimientos de medicina aplicados en un nuevo direccionamiento de esa política.
Quienes conocemos la trayectoria del ministro Murillo y su visión sobre los temas ambientales, desde antes que se creara el ministerio, sabemos que su decisión de nombrar a un médico con experiencia administrativa como coequipero no es una idea de mera mecánica política, dado a que en el medio ambiente no solo es importante la flora, fauna y los ecosistemas, sino el hombre como agente transformador del mismo y los efectos de las contaminaciones ambientales en la salud humana. Y es en esa dirección que el ministro quiere hacer cambios en la política ambiental.
@j15mosquera