El Sena tiene una tradición en investigación muy interesante. En la década de 1980, incluso antes, ya contemplaba el desarrollo de investigación para indagar los requerimientos de formación profesional integral de la sociedad, en el marco de la formación para el trabajo, que es lo que compete a su actividad misional, incluso se proponía una suerte de investigación pedagógica para el desarrollo y el diseño curricular.
Con mucha fuerza en las décadas de 1980 y 1990, el Sena plantea lineamientos para desarrollar investigación y servicios tecnológicos, algo muy similar a lo que en las universidades se denomina servicios de extensión, también fortaleciendo la idea de que la investigación ayuda al desarrollo tecnológico, a la identificación de necesidades de capacitación en el mercado laboral, al diseño curricular y a la documentación de las prácticas de los Instructores.
Recientemente, el Sena ha hecho esfuerzos por desarrollar investigación aplicada con recursos propios asignados a proyectos específicos; aunque estas investigaciones pueden tener aplicaciones pedagógicas, en los últimos dos años desde la Escuela Nacional de Instructores Rodolfo Martínez Tono, dependencia de la Dirección de Formación Profesional en la que se coordina la capacitación de los Instructores de la entidad, con el liderazgo de Diego Fernando Borja Montaña, se le ha apostado por robustecer la investigación pedagógica.
Esta apuesta por la investigación pedagógica ha incluido la capacitación de instructores en metodologías como la sistematización de experiencias; esta metodología, con un sabor latinoamericano, se puede circunscribir a la tradición de la investigación acción participativa en cuanto a que busca generar impacto social, se reconoce el papel de las personas (incluso sus emociones) y sus intenciones, en lugar de pretender objetividad absoluta, permite el empoderamiento de los actores sociales y destaca la posibilidad de generación de conocimiento desde las fronteras.
Con esta estrategia, por usar un término popular, el Sena hace moñona: genera conocimiento, destaca el impacto institucional en las regiones, rescata la historia y las tradiciones pedagógicas propias, visibiliza las prácticas innovadoras y empodera a los instructores y las comunidades que la entidad impacta.
Entre algunos resultados de esta estrategia, del Sena y su Escuela Nacional de Instructores, se destaca: la capacitación de Instructores de diferentes regiones del país, publicaciones académicas y el desarrollo de un evento académico este 24 y 25 de junio, con la participación de Clacso, Cedalc y la Universidad Nacional de La Plata, denominado 1° Congreso Internacional y 3° Encuentro Nacional: Logros y desafíos de la investigación pedagógica y de la sistematización de experiencias.
