En sus memorias Roman Polanski, el legendario director polaco, dice que su carrera nunca hubiera despegado si no hubiera conocido en una fiesta en Picadilly Circus a Viviane Ventura. En ese momento la actriz y socialité colombiana estaba en el pico de su carrera. Era una veinteañera rebelde que había actuado con los Beatles en la legendaria A hard day’s night de Richard Lester. De la filmación le quedó una amistad que aún conserva con Ringo Starr. Polanski cuenta que todas las puertas se abrieron por una mujer que sostuvo un tórrido romance con el Rey Hussein de Jordania, que era la consentida del poderosísimo Darryl F. Zanuck, uno de los hombres más duros de Hollywood en su edad de oro y que debutó en el cine de la mano de Anthony Quinn.
A los 76 años, sigue con proyectos tan ambiciosos como la publicación de sus memorias que serían un retrato sobre los salones más exclusivos de la Londres del Flowe Power.
Conocida en Colombia más por la pugna familiar con su prima Esther Ventura por sus derechos en la farmaceútica Lafrancol fundada por sus padres, Vivianne habló en exclusiva con David A Rosenthal.
David A. Rosenthal: Primero que todo, cuénteme de su vida, familia, orígenes y de su niñez en Bogotá y luego su juventud en Londres.
Viviane Ventura: Yo lo llamo una odisea. Inclusive ahora estoy escribiendo un libro de mis memorias - “Las mil y una noche de Viviane Ventura” -, aunque ya las he escrito dos veces y fueron serializadas en periódicos de Londres. La primera vez fue a los 23 años - que me pareció algo ridículo - pero bueno, las escribí porque me ofrecieron un buen dinero. En este nuevo libro, contaré toda la verdad de mi odisea, nada quedará afuera.
La verdad es que he aprovechado esta pandemia, para grabar en mi IPhone a diario episodios que luego mi nieta de 19 años los revise y me dé su opinión. Ella es mi crítica y mi guía. Por ejemplo, le estaba contando yo una historia de los años 70, cuando iba de Hollywood a New York y tenía mi contrato con la 20th Century Fox, y fui recibida por el entonces dueño, Darryl F. Zanuck, quien me llevó a cenar al 21 Club y me dice que le dé un momento que debe hablar con un guionista que le traía un “script”.
Pues aquel personaje de estatura baja, sombrero y gabán negro era Truman Capote que le pasó ese manuscrito y Darryl le dijo que como terminaba esa historia a lo que Capote contestó: Señor Zanuck, todos se mueren” y Darryl le dijo que tenía un contrato, que lo iban a hacer, esa cinta seria “In Cold Blood”, que ganó un Oscar.
Nací en Londres, luego de la Segunda Guerra, mis padres se habían conocido durante la Guerra (Michael Abraham Ventura y Barbara Buring). Mi madre había sido la primera Miss Derby y luego Miss Inglaterra, era una mujer muy hermosa. Aunque la Segunda Guerra Mundial comenzó una semana luego de haber ganado el título y se derrumbó todo. El premio del certamen era un viaje de 3 noches a Londres con alojamiento en el Victoria Hotel junto al Palacio de Buckingham - ella no conocía Londres -. Da la casualidad de que, en este hotel, estaban enlistándose mujeres para La Fuerza Aérea Auxiliar de Mujeres (The Women's Auxiliary Air Force -WAAF-). Pues, mi mamá al tercer día en Londres se enlistó.
Bueno, mis padres se conocieron allí, trabajando para la Fuerza Aérea Británica, y llegaron a Colombia, pues mi padre junto con sus hermanos Maurice y Roberto, habían fundado el laboratorio farmacéutico LaFrancol, entonces él le dijo a mi madre que nunca había salido de Inglaterra, que tenían que ir a Colombia. Así que, yo llegué a Barranquilla y viví los primeros 2 años allí. Luego mi padre pasó a Medellín y por último a Bogotá.
Yo crecí en Bogotá, tuve una juventud extraordinaria e inolvidable, estudié en el Liceo Frances. En mi casa hablábamos español, inglés y francés -mi padre hablaba 7 idiomas-; además se practiban tres religiones, el Shabat el viernes por parte de mi padre; Church of England por parte de mi madre, el sábado y la iglesia católica, el domingo porque vivíamos en un país católico.
Yo crecí con estas tres religiones, ahora bien, debo confesar que mi madre no se convirtió al judaísmo, así que técnicamente yo no soy judía, pero no hay que hablar de técnica sino de lo que uno siente en el corazón, y yo me di cuenta de una cosa, de los 17 hasta los 25 años viaje por todos los países árabes, inclusive aprendí a hablar el árabe. Y, tuve mucha cercanía con la cultura árabe y respetaba mucho el Corán, así que esto fue un tercer descubrimiento para mí. Sin embargo, el día que fui a visitar a Israel, desde que aterrice hasta que me fui no paré de llorar de la emoción, fue como si algo me hubiese tomado, y me sentí de una forma inexplicable, allí sé que emergieron mis raíces sefarditas.
En Jerusalén, estar al caer la tarde en esa plaza, en esa cafetería a las cinco de la tarde y ver el Wailing Wall, la Mosque de los árabes y atrás la iglesia católica con sus campanas, son esas tres religiones que se hundían en una armonía extraordinaria. Esta visión estará conmigo siempre.
Yo hablo seis idiomas, español, italiano, francés, inglés, árabe y alemán. En Italia hice tres películas (Un italiano a Varsavia; Il cornutto y Parliamo di donne) y los directores decían que mi acento era natico, que no podían decir que yo no era italiana. Ahora bien, mi padre era muy francófono, pues estuvo de niño internado en Francia, por eso estudié en el Liceo Frances de Bogotá, también aprendí a jugar Golf, Tenis, a montar a caballo y natación pues éramos miembros del Country Club.
Mi padre nació en Sudáfrica, y a mis abuelos y tíos, yo nunca entendí de donde eran solo se que hablaban “ladino” y yo no les entendía. El ladino es una lengua muy bella, es como una poesía y para decirte algo pequeño es como un poema muy largo, así que yo me perdía y no les entendía. Además, yo quería saber su origen y el por qué mi padre nació en Sudáfrica, pero nunca tuve una respuesta satisfactoria. Yo sabía que mis abuelos venían de Esmirna en Turquía, pero no entendía como habían llegado allí, luego de Atatürk, emigraron a Sudáfrica.
Asimismo, tuve el privilegio de trabajar para el presidente Mandela de Sudáfrica, era su “go to girl”, para todas las promociones y llevaba a todos los artistas. Yo le llamaba Madiba - su nombre en zulú – y el me llamaba Miss Jacaranda, pues en Pretoria hay de estos árboles, que florecen en colores extraordinarios y yo no tengo vestidos negros, cafés oscuros, ni azules o grises, todos mis vestidos son de colores vivos. Y, mi padre que era sudafricano nunca volvió allí, pero me hubiera encantado llevarlo de nuevo.
En Miami, una noche di una cena, y unos amigos de Boca Ratón trajeron consigo a un profesor de historia español que estaba preparando un guion para hacer una serie sobre la vida de Torquemada - primer inquisidor general -. Pues, el profesor me preguntó que, si Viviane Ventura era mi nombre artístico o real, a lo que respondí que en efecto era mi nombre real. Luego preguntó que, si en mi familia alguien hablaba ladino, a lo que respondí sí y para finalizar, me preguntó que, si algún hombre de mi familia tenía el nombre Abraham, a lo que dije, mi abuelo, mi padre y mi hermano se llaman Abraham Ventura.
El profesor me contó que cuando Cristóbal Colón, pasó por Portugal y luego fue a España, buscando financiación para su nueva ruta, se detuvo en Segovia y allí tiene audiencia con Isabel I y Torquemada (confesor particular de ella). Así las cosas, Isabel acepta la propuesta de Colón, pero no tenía los recursos suficientes, así que necesitaban de las juderías para financiar esto, proponiéndoles un 50/50 sobre los beneficios que traería esta nueva ruta comercial.
Es en Córdoba, donde había una gran colonia sefardí, que Colón se entrevista con el rabino, su nombre: Abraham Ventura. Entonces como para los judíos negocio es negocio, hicieron trato. De manera que fueron los judíos sefardíes, como los de Córdoba, los que financiaron la expedición al “Nuevo Mundo”. A la final, por los grandes tesoros que encontraron, que no eran especias sino oro y plata, Isabel no quería cumplir con su trato, así que le dijo a Torquemada que se inventara algo para no pagar a los judíos que quedaban en ese entonces en su reino, y se inventó la Inquisición. Así que, Abraham Ventura y muchos otros judíos se establecieron al sur de Turquía, allí en el puerto de Esmirna, y de ahí mismo venían mis abuelos.
D.A.R: Viviane, ¿cómo fue tu experiencia en esos primeros años en Hollywood y el relacionamiento con tantas celebridades?
V.V: Luego de que mis padres se separaron, nos fuimos con mi padre a Londres, allí terminé mi educación en el Liceo francés y luego decidí convertirme actriz, a contraposición de mis padres. Fui a una escuela de actuación y empecé a trabajar muy joven, tuve mucha suerte porque las oportunidades me cayeron muy rápido. Así que a los 17 años estaba junto a Anthony Quinn, en la película: A High Wind in Jamaica. Ese fue el principio, pues a raíz de esta película me ofrecieron un contrato en Hollywood, cuando tenía 18 años.
En Hollywood, estaban las mujeres más hermosas, reinas de belleza y modelos, todas bajo contrato con la 20th Century Fox. Y, nos pagaban muy poco - 350us semanales – pero suficiente para vivir confortablemente en aquellos tiempos. Así mismo, había ese “downside”, pues todos estos productores monstruosos como: Sam Spiegel, Carlo Ponti, Joe Pasternak, etc., rinocerontes del cine, pero el «#MeToo», estaba muy fuerte en ese tiempo, pero nadie hablaba. Y, si uno salía con ellos, creían que le daban el papel, pero yo no jugué ese juego, y cuando conocí a mi primer esposo - Frank Duggan - escape de eso, después de dos años. Yo no aguante eso, yo había venido a hacer cine y a trabajar, no a salir con los productores, además, una mitad era eso, pero la otra mitad era algo muy desagradable.
“Siempre hubo acoso en Hollywood a las actrices, y a unas no les importaba, pero a otras sí, como a mí, que tenía otro tipo de educación y de cuna”.
Siempre hubo acoso en Hollywood a las actrices, y a unas no les importaba, pero a otras sí, como a mí, que tenía otro tipo de educación y de cuna. Entonces, Darryl F. Zanuck, me llamó a Londres para amenazarme con llevarme a la corte por millones de dólares por haber rotó mi contrato, así que le dije a mi abogado que si Zanuck abría su boca yo también diría lo que nos hacían hacer como actrices de la 20th Century Fox.
En Londres, hice la película con los Beatles, otra con Cliff Richard, dos series con sir Roger Moore y después hice otra con él y con Tony Curtis “The Persuaders!” y “I Spy” (1965 TV series) con Bill Cosby y Robert Culp. Me volví muy famosa en Inglaterra, tuve a mi hija Jasmime y la gente me respetaba, ya no era ese “esto por aquello” - “Tit for tat” -.
“Conocí al Rey Hussein, que me pareció una excelente persona, querida y dulce y me invitó a Jordania, y la amistad se convirtió en una relación”.
D.A.R: Viviane, cuéntame sobre tu relación con el Rey Hussein I de Jordania y con la leyenda hispana Julio Iglesias.
V.V: Conocí al Rey Hussein, que me pareció una excelente persona, querida y dulce y me invitó a Jordania, y la amistad se convirtió en una relación. Y, como estaba yo aún casada con Frank, me divorcie de él. Empecé a pasar mucho tiempo en Jordania, pero como era un tiempo de tanta crisis política, por ejemplo, el movimiento de Yasser Arafat - OLP -, así que el 1er ministro jordano me dijo: “El Rey tiene que hacer lo que tiene que hacer como rey”.
Además me dijo: tú eres de origen judío, eres divorciada, tienes una hija y eres actriz, así que eso no es lo indicado para el Rey. Tienes que desaparecer de su vida, así me lo dijo. Muy claro. Luego yo estaba almorzando con el Rey Hussein y le conté esto y al principio se puso furioso, pero yo le dije, piénsalo, él tiene razón. Yo puedo parar de hacer cine, como lo he hecho, pero a mi hija no la podemos borrar y a mis raíces tampoco, porque ni las quiero ni las puedo borrar.
Cuando asesinaron a Yitzhak Rabin yo estaba en Israel, pero, debía salir para Egipto porque yo trabajaba con Julio Iglesias que se iba a presentar en las pirámides. Cuando estaba abordando un avión particular para ir a Chipre, luego a Atenas y finalmente aterrizar en El Cairo, el primer mandatario en llegar al funeral fue el Rey Hussein de Jordania. El Rey era el más pro-Israel de todo el Mundo Árabe. Asimismo, el príncipe heredero de Abu Dabi, Mohammed bin Zayed bin Sultan Al-Nahyan, que es mi amigo, hace 8 años me dijo esto que acaba de suceder, la normalización de las relaciones entre Israel y Emiratos Árabes y seguro que si estuviera aún vivo el Rey Hussein, hubiera apoyado todo esto.
“De hecho, fuimos a un concierto de Julio Iglesias en Palm Beach y le presenté a Erroll a Julio, y él dijo: “Esta guapo tu marido, Viviane, yo sabía que siempre ibas a estar con un hombre guapo”. Y, le dijo a Erroll: “Tú sabes que esta es la única mujer con la que he dormido cuatro noches y no hemos hecho el amor, pero todavía la quiero”
Mi último esposo fue Erroll Wetanson “The hamburger Baron” (hijo de migrantes judíos rusos), quien fue el primer esposo de Margaux Hemingway, y creador junto a su hermano de Wetson's (reconocida cadena estadounidense de hamburguesas de los años 50, fusionada con Nathan's). Y era un experto en la industria de la comida, siempre se dedicó a eso, de hecho, en Bogotá se enamoró de Andrés Carne de Res y trató de traer esta cadena a Norteamérica.
Del mismo modo, Erroll nunca cuestiono mi pasado, ni tuvo celos de él, al contario abrazó toda mi historia. De hecho, fuimos a un concierto de Julio Iglesias en Palm Beach y le presenté a Erroll a Julio, y él dijo: “Esta guapo tu marido, Viviane, yo sabía que siempre ibas a estar con un hombre guapo”. Y, le dijo a Erroll: “Tú sabes que esta es la única mujer con la que he dormido cuatro noches y no hemos hecho el amor, pero todavía la quiero”.
Mi aventura con Julio Iglesias es una historia de “amitié amoureuse”, estuve con él 7 años durante su debut en el mercado estadounidense. Yo lo conocí en Marbella cuando cantó en el Club que se llamaba “Torres del Duque” y era reconocido en España, pero no tan reconocido en ese tiempo. Yo quedé encantada con él y fui a su camerino, le dije que en Inglaterra llenaría seguro el Albert Hall, teniendo en cuenta la cantidad de españoles que había en Londres haciendo oficios varios. Mis palabras se hicieron realidad luego de un año, y yo viajé con Julio por el mundo, además fui muy útil para sus relaciones públicas. Le quiero mucho hasta hoy día. Yo creo que fui la “muse” - musa - de Julio durante esos 7 años y fue un momento de mi vida inolvidable.
Yo le presente a Miranda Rijnsburger, de hecho. Estábamos en parís y acababan de poner a Julio en el Libro Guinness de los Récords (por haber vendido más discos en más idiomas distintos que ningún otro artista musical en la historia) y para la gala, el me pidió que invitara a algunas celebridades. Además, llamé a una amiga que tenía una agencia de modelos para traer a un par de chicas muy guapas, quería tener caras divinas de hoy día en la cena.
Mi amiga me dice que justo había llegado una hermosa chica de Holanda, aunque sin mucha personalidad ni experiencia. Y, yo a Julio le dije, voy a tener esta noche a una chica muy guapa junto a mí en la mesa, pero cuidado tiene 16 años. Te ruego ni le hables, ni la toques, ni la mires ni nada, porque aquí hay mucha prensa y podría ser muy serio para ti. Pasaron dos años, llegué a la casa de Julio, porque siempre me quedaba en casa de él en Miami y lo vi junto a Miranda, venia detrás de él y me dice, “18 años, ¡¡¡18 años!!!”.
D.A.R: Viviane, ¿con qué otras celebridades has tenido una amistad cercana?
V.V: Con Placido Domingo, que lo adoro, es el hombre más cariñoso, querido y caballeroso. Y Placido hizo un concierto con “The London Symphony Orchestra” para la Reina Elizabeth II de Inglaterra, en el Guards Polo Club y no quería bajarse del escenario, fue increíble.
Con Sir Roger Moore, tuve una linda amistad, para mí fue el gran señor del “show business”, elegante, atractivo, carismático y gentil. Fue además un gran protector mío, y a el le gustaba mucho trabajar conmigo, hicimos dos series (“The Saint” y “The Persuaders!” – con Tony Curtis -) aunque ellos estaban peleados y Roger Moore me dijo que debía elegir entre él o Tony. Entonces yo me volví “enemiga” de Tony Curtis, pero me hizo las cosas un poco difíciles, pero no me importó.
“Cuando Ringo Starr cumplió 21 años, le trajeron un ponqué gigante para celebrar su cumpleaños y estaba yo adentro. Pues, él había pedido de regalo tener a Viviane Ventura”.
Hice en 1965, la película “Lord Jim”, del libro de Joseph Conrad, dirigida por Richard Brooks, protagonizada por Peter O'Toole, y también junto a la israelí Daliah Lavi. Y, cuando hice la película con “The Beatles” - Help – del mismo año, tengo una anécdota, pues al principio de la película, estaba vestida de princesa y me iban a sacrificar, y está el padre con una daga enorme apuntando a mi corazón.
El director de la película, Richard “Dick” Lester Liebman, era muy exigente, así que luego de horas, cuando íbamos al final a grabar, dijo llamen a los chicos (John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr) y vino el asistente de dirección y le dice al director, los chicos no están en ningún estado para venir. Pues estaban “fumados”! Asimismo, cuando Ringo Starr cumplió 21 años, le trajeron un ponqué gigante para celebrar su cumpleaños y estaba yo adentro. Pues, él había pedido de regalo tener a Viviane Ventura.
D.A.R: Viviane, ¿Qué libros has publicado a lo largo de tu carrera?
V.V: Escribí una novela que se publicó en Pan Books, titulada “April Fool”, sobre anécdotas interesantes que habían pasado en mi vida y el libro se podía comprar en los aeropuertos y era fantástico porque en un vuelo largo, te dormías a la media hora, perfecto para leer en un avión. Luego en 1983, Macmillan, una editorial muy seria de Inglaterra (de libros de mesa de café), me contactaron para realizar un libro con una nueva mirada, moderna y fresca, para renovar su imagen. Entonces buscaban a una persona que no fuera una autoridad académica e intelectual, así que les pregunté, ¿eso qué quiere decir?; ¿qué soy tonta? Y a lo que respondieron, solo estamos buscando algo de juventud y glamur para nuestra casa editorial. Además me ofrecieron muy buen dinero, así que terminé por aceptar. El libro se llamó “Guide to Social Climbing”, que se convirtió en un “best-seller” y tuvo tres ediciones. El libro como bien lo dice su nombre, era una guía para quien quisiera convertirse en un miembro del jet-set.
Asimismo, cuando Felipe López era director de la revista Semana, me llamaba a mi desde Bogotá para que le contara todo sobre el “gossip” - los chismes – de la sociedad británica y la familia real. Un día, Felipe me llamó porque quería realizar en Semana mi libro, para serializar mis memorias y bueno, a la final no quedamos en nada. Luego me llamó mi prima, y me dijo que ya había leído el primer apartado, ¿pero cómo? Le contesté y llamé a Felipe, que me respondió con que en Colombia no había “Patent law”, es decir, leyes de patente para eso. Así que lo terminó publicando por seis semanas y no me pagaron nada.
D.A.R: Cuéntame de tu faceta como periodista para Hola España
V.V: Hice reportajes para la revista Hola de mi amigo Eduardo Sánchez Junco, al Dalai Lama, por supuesto al rey Husein I de Jordania, el Sah de Irán y su esposa Farah Diba, y la familia real inglesa - Windsor -, entre otros, pues tenía los medios para hacerlo, tenía la manera de entrar por la puerta grande a ellos.
Por ejemplo, sobre el reportaje al Dalai Lama, es que yo había viajado a Delhi, en la India para hacer un reportaje para a Rajiv Gandhi, que era primer ministro, pero había perdido en ese momento las elecciones, así que, Eduardo Sánchez me dijo que ya no le interesaba este reportaje y que buscara otra cosa. Pues bien, junto con mi asistente y mi fotógrafo, nos embarcamos a Bodhgaya, pues había visto en el Herald Tribune, que Ss. El Dalai Lama había sido nominado para el premio Nobel.
Luego de un viaje extenuante, tuve una fuerte migraña y nauseas, así que me llevaron a la habitación del mismísimo Dalia Lama y me acostaron en su cama. Y, alguien me despertó, sentí que me acariciaban mi cabello y me preguntaron que si me sentía mejor, pues abrí los ojos y era él! Y bueno el reportaje se publicó en todos los periódicos del mundo, además fue el primer reportaje que el coincidió a nivel internacional.
“A Donald Trump, lo odio. Lo conocí cuando él compró Miss. Universo, ya que yo durante años coordiné a las celebridades que hacían de jueces en el concurso”.
D.A.R: ¿Conociste a Donald Trump?
V.V: A Donald Trump, lo odio. Lo conocí cuando él compró Miss. Universo, ya que yo durante años coordiné a las celebridades que hacían de jueces en el concurso. Y fui a Nueva York para reunirme con él, de hecho era un hombre muy imponente y bastante guapo en ese entonces. Me dijo que yo era muy hermosa y le agradecí, entonces me dijo que le contara como yo hacía para tener tantas celebridades como jueces del concurso, a lo que respondí, usted me da un presupuesto y yo le propongo una lista de posibles jueces, pero hay que pagarles. Y, Trump dijo, ¿cómo así que pagarles?, sí ellos van a estar en mi concurso se van a hacer famosos y le dije no Mr. Trump ellos ya son famosos. Así que me dijo que no pensaba pagar a nadie que prefería pagarme a mí, pero le dije que así no funcionaba.