En la pasada asamblea nacional de la Asociación Nacional de Empresarios - ANDI realizada en agosto, los participantes y su vocero el Dr. Bruce Mac Master le hicieron mitin al presidente Santos y a sus ministros, exigiendo reducción en los aranceles, protección a algunos productos, subsidios a la producción, incentivos fiscales, tributarios, crediticios, cambiarios, al comercio de exportación, entre muchos aspectos, para el mejoramiento de sus actividades. El éxito de ese mitin le costó a los contribuyentes 1.8 billones de pesos.
Sin embargo, no se habló de temas laborales en ese mitin, ni se incluyeron en el pliego de peticiones presentado al gobierno, a pesar de que entre los ministros presentes en esa asamblea se encontraba el de trabajo.
¿Será, preguntaba un trabajador, que ya el gobierno había satisfecho todas las exigencias del empresariado industrial? O ¿el empresariado había presentado todas sus peticiones? O ¿en materia laboral ya habían agotado su agenda y el mintrabajo podía pasar inadvertido?
Ninguna de las anteriores. Por problemas de tiempo y táctica negociadora, priorizaron los temas de comercio exterior y aplazaron la reforma tributaria y la agenda laboral. Y les fue bien.
Hoy quiero alertar a los trabajadores y trabajadores sobre la agenda laboral incluida en su pliego de peticiones y que la Andi llama “Estrategia para una nueva industrialización" de junio de 2015. Allí hay una extensa y profunda agenda laboral, que muestra su voracidad por ganancias. Y no estoy exagerando. Su propuesta la llaman “costos laborales" y ese título ya los describe como algo a recortar aún más.
Empiezan solicitando una “simplificación laboral" amparada en los más “altos” estándares y “buenas” prácticas que ordena la OCDE (si de nuevo ella) para incluir a Colombia en su exclusivo club y darse los empresarios caché con los grandes magnates.
Y entonces solicitan que la modalidad del salario integral se extienda a todos los niveles salariales, es decir, que se eliminen todas las prestaciones sociales contenidas en la ley y en las convenciones colectivas firmadas con los sindicatos. ¡Pobrecitos! No piden nada.
Esta reforma reduciría el 50 % de los ingresos de los trabajadores y por ahí derecho hacen moñona eliminando esos sindicatos que tanto molestan y que ya casi acaban. Sería una oportunidad.
En esta simplificación laboral piden además “Trasladar la obligación del pago de la seguridad social integral al trabajador". Ya lograron bajarse del pago del 8 % en salud que les representó echarse al bolsillo cerca de $5,5 billones de pesos y con esta propuesta van por el 12 % que hoy reconocen para las utópicas pensiones. Una jugosa suma superior en un 50 % a la que se ahorró en salud. Eso que lo pague el trabajador, reclaman nuestros solidarios y generosos empresarios.
Adicionalmente solicitan profundizar la “Flexibilización laboral" aduciendo que en los países más desarrollados las “legislaciones dan cabida a una amplia diversidad de modalidades de contratación y horarios de trabajo". Es decir, que se puedan contratar trabajadores usando todas las formas civiles no laborales con las que disminuyen y eliminan derechos laborales y acaban sindicatos y convenciones. Como ha ocurrido con las CTA (cooperativas de trabajo asociado), las OPS (órdenes de prestación de servicio), los contratos sindicales, las empresas SAS y temporales y en general cualquier intermediario o tercerizador laboral. Y la ya esclavizante jornada de 8 horas la quieren cambiar y flexibilizar de manera regresiva.
En este punto de flexibilidad laboral su aspiración celestial es que no haya NINGUNA restricción para tercerizar cualquier actividad de la empresa. Es decir que se elimine la contratación directa de trabajadores y con ello la empresa matriz se quita de encima los trabajadores y el sindicato. Este es el mayor atentado al derecho de asociación. No contentos entonces con haber logrado aprobar con el concurso del gobierno y el congreso el artículo 74 del Plan Nacional de Desarrollo, que consagra la tercerización laboral, piden “Eliminar el concepto de actividad misional permanente" consagrada “en nuestra legislación recientemente con los artículos 63 de la Ley 1429 de 2010, 103 de la Ley 1438 de 2011, y con el Decreto 2025 de 2011".
Y siguiendo con la reducción de sus “costos” laborales proponen “Reducir las limitaciones e inflexibilidades laborales generadas en la empresas por las normas y jurisprudencias en materia de estabilidad laboral reforzada" de personas enfermas y en situación de discapacidad. Y por si se queda algo “una revisión de la normatividad y jurisprudencia asociada a la problemática (¿?) del ausentismo". Este sí es el colmo. De esta manera pretenden zafarse de los enfermos y discapacitados. Como ya no sirven hay que echarlos. Estos son nuestros empresarios. Sin dios ni alma. Y está escrito. No es calumnia.
Y para que no quede títere sin cabeza, terminan cuestionando los fallos de la Corte Constitucional que garantizan el libre derecho de asociación, que los trabajadores han reclamado y utilizado afiliándose al sindicato que consideren como conveniente, inclusive para defenderse de los despidos colectivos o de proteger a dirigentes sindicales amenazados y perseguidos por los empleadores.
En conclusión el pliego de peticiones laborales de la “Estrategia para una nueva industrialización" es más de lo mismo de la productividad de las empresas: trabaje más y le pagamos menos. Felices nuestros empresarios.
P.D. Colombia es el tercer país más desigual de América.
*Secretario General de la CUT