Línea rota del horizonte es el título de la exposición de artista cubano Carlos Garaicoa (1967) que se inauguró el 3 de mayo y cierra el 19 de Julio en la galería NC-arte en Bogotá. Vale la pena visitarla. Porque se trata de una exposición para un museo.
En la muestra el artista maneja maquetas en cemento, planos realizados como dibujos con alfileres e hilo, grandes fotografía en blanco y negro impresa en vinilo, donde registra proyectos arquitectónicos que comenzaron en ruinas. Por eso, hace maquetas e instalaciones de moles ásperas de concreto armado, madera, varillas de acero que son como las raíces secas de los cimientos olvidados por la aberración de los corruptos. Todo el proyecto urbano se queda el comienzo de un propósito. Y es en la arquitectura donde se busca el alma en un sueño universal que se queda atrapada el inicio dramático donde no importa el costo real de la inversión sino la manera de exprimir los recursos para beneficio personal. Como ejemplos tenemos muchos: el nuevo edificio de la Policía para Bogotá es un ejemplo patético. El derrumbe sistemático de los edificios de la empresa Space en Medellín son muestras categóricas de estos actos donde no importa la lógica económica y el beneficio comunal sino más bien se mide el termómetro personal de las posibles ganancias “ocasionales” que dejan en ruinas cualquier proyecto. Estos ejemplos para no referirnos a casos más debatidos como el “caso de los Nule”, el carrusel de los Moreno. Todos ellos, delincuentes de cuello blanco y corbata elegante. Y como la justicia está encerrada entre sus artículos, a la culpabilidad no conviene mencionarla.
El artista realiza unos paralelos del horizonte urbano de aquellos edificios que llamamos “elefantes blancos”, son el producto de gente con una sensibilidad amarrada a la avaricia y por eso indaga sobre la conducta humana y su amoralidad. Carlos Garaicoa hace registros fotográficos de esos mundos inconclusos que quedan abandonados en el horizonte urbano y reproduce a gran escala unos planos enormes realizados con síntomas de fragilidad como es el mundo de la costura. Hilos y alfileres en la pared sostienen la estructura de una líneas y sombras que a su vez reproducen las maquetas que comenzaron con el defecto de lo que estuvo siempre marcado con la propiedad de lo inconcluso.
El artista cubano tiene una propuesta inteligente muy comprometidas con utopías que pasan al estadio de una realidad dramática. Es, por su envergadura, una exposición de vanguardia moderna. Donde construye, reconstruye y destruye lógica urbana que corresponde a una de las preocupaciones constantes en la corriente interna de la modernidad artística.
Ya Cuba no presenta seres maravillosos que crean desde lo marginal alternativo. Garaicoa crea desde la riqueza y para la riqueza los síntomas en el mundo mientras denuncia la condición de la humana de la miseria de la mente corrupta.
Documentar los sueños perdidos entre las fianzas irregulares no es un ideal. Nunca lo ha sido y nuca lo será. Otorgarle dimensión artística al fracaso es su objetivo, demostrar cómo las ruinas sin violencia son habitantes mudos de las ciudades donde habitan mentes deshonestas es la verdad de su compromiso social. Utilizar la arquitectura inconclusa como tema es una forma de documentar cómo entre vigas de acero de columnas inconclusas muestra el defecto mental de la dramática utopía que deja al descubierto sus conmovedoras consecuencias.
