Las comunidades campesinas de La Macarena nos declaramos en alerta permanente frente a las amenazas petroleras que se ciernen sobre nuestra región, levantadas por el modelo económico y de desarrollo que, para el Gobierno Nacional, no tiene discusión. Una vez más pretenden tercerizar cada vez más la tierra colombiana ofertándola al capital privado y foráneo, siempre inversor en la agroindustria y en la actividad extractivista a gran escala, que son las que precisamente contribuyen a la paulatina y lenta muerte a la que ha sido condenado el campo colombiano.
Respecto a los acontecimientos de las últimas horas, saludamos la actitud de rechazo a la explotación petrolera de las administraciones local y regional, así como al concepto técnico emitido por Cormacarena en el cual le sugiere al Estado y sus entidades encargadas de la actividad de hidrocarburos, lo inconveniente de la pretensión de desarrollar esa actividad destructiva en este vital ecosistema que hace parte del patrimonio de la humanidad. Sin embargo, no dejamos de llamar la atención respecto a lo que se emite por los grandes medios de información haciendo eco a la visión gubernamental, quienes afirmar que la explotación petrolera queda suspendida, pero no dicen que ésta no ha sido -ni será en lo inmediato-, derogada por parte del ejecutivo, quien como ya se dijo, afirma intransigente que la realización de esa actividad económica no tiene discusión.
Por tanto, invitamos a todas las comunidades rurales así como a las comunidades del casco urbano del municipio de La Macarena, así como de las áreas contiguas del AMEM (Área de Manejo Especial de la Macarena) como La Uribe en el Meta y de San Vicente del Caguán en el Caquetá y de toda la región, a estar alertas frente a este inminente riesgo que no ha sido superado, y que seguramente traerá múltiples conflictos sociales y ambientales de no ser resuelto de manera adecuada, lo que sucederá si no blindamos al territorio de las petroleras y sus acciones de saqueo y destrucción de nuestros recursos naturales, que no solo anunciaron sus intenciones, sino que fundamentalmente, tienen millonarias inversiones que no querrán ver afectadas y que defenderán a cualquier costo y sin importarles la vida de comunidades, mucho menos de la flora y la fauna, como se ha probado en muchos otros casos, como por ejemplo Puerto Gaitán para no ir tan lejos.