Se ha vuelto recurrente que los alcaldes y gobernadores, pocos meses antes de terminar su mandato, empiecen una carrera contra reloj para inaugurar y entregar obras con el fin de posar victoriosos en las fotografías.
Este comportamiento les asegura a nuestros gobernantes, páginas en los portales de noticias y en los medios de comunicación, que corren ágilmente a cubrir la entrega de obras en cualquier parte del país. Esto, debido a que, en Colombia, es común encontrarse con elefantes blancos, metáfora utilizada para señalar aquellas obras que, por actos de corrupción de las empresas contratantes, por acción o por omisión de las entidades públicas y de los organismos de control, quedan inconclusas, y los dineros destinados para su construcción, desaparecen sin que exista doliente alguno.
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López no ha sido ajena a este comportamiento. Ha participado en la inauguración de varias obras con el fin de posar para las cámaras y así presentar un balance positivo de su administración a pocos meses de entregar las riendas de la ciudad más importante del país.
Sin embargo, no todos estos acontecimientos han significado la entrada en vigencia de obras y mejoras efectivas para la ciudadanía, tal y como es el caso del Centro de Felicidad (CEFE) Las Cometas, ubicado en la localidad de Suba, al noroccidente de la capital.
Esta obra, planeada y contratada en bajo la administración del exalcalde, Enrique Peñalosa, tuvo una inversión superior a los 90 mil millones de pesos, con la intención de beneficiar a más 350 mil bogotanos, a través de los servicios deportivos, lúdicos, recreativos y culturales desarrollados en sus instalaciones.
Desde su concepción, se planeó dotar a dichos centros, con espacios deportivos tales como, piscina semiolímpica y recreativa, gimnasio, polideportivo, salones de entrenamiento, biblioteca, aulas especializadas, ludoteca, y en general, lugares para el aprovechamiento sano del tiempo libre. Así mismo, el parque ofrece una infraestructura totalmente nueva y moderna adecuada d para el disfrute del público en general.
Este moderno centro de Felicitad está ubicado muy cerca al club los Lagartos, en la Colina que de la avenida Boyacá conduce a Suba rincón, en la calle 127 A, en el sector conocido como Calatrava. Al estar ubicado en la montaña, cuenta a la vez con una vista inigualable, desde donde se puede divisar toda la localidad de suba, haciendo de este lugar un espacio ideal para compartir en familia.
Así mismo, en la actualidad se encuentra en construcción el tramo de la avenida el Tabor, o avenida el Rincón, que incluye la intersección elevada con la avenida Boyacá, lo cual dota al CEFE de vías importantes de acceso para quienes quieran disfrutar de sus servicios.
Pese a todo lo anterior, las declaraciones de la alcaldesa al referirse a esta obra, no corresponden a la realidad. El pasado 13 de diciembre, la mandataria capitalina inauguró este centro, asegurando que se ponían a disposición de los capitalinos los servicios del CEFE Cometas, tanto deportivos como culturales, ampliando la oferta de los Institutos de Recreación y Deporte (IDRD) como de la Secretaría de Cultura y Turismo.
Sin embargo, las obras, que comenzaron en diciembre de 2018, aún no concluyen y espacios como el de las piscinas, que ya se consideraban aptos para su uso, han entrado en estudios minuciosos, por, al parecer, problemas con el asentamiento en el terreno y fallas las certificaciones de redes contra incendios, entre otros inconvenientes.
Así mismo, al momento de realizar el recibo oficial de la obra, la administración del parque, junto con las entidades encargadas por parte del distrito, al parecer encontraron errores de detalle que la firma constructora debe solucionar como parte de sus obligaciones contractuales.
Ante esto, surgen las siguientes preguntas: ¿Para qué inaugurar una obra que aún no puede funcionar? ¿Es justo con la ciudadanía que se corte el listón y se anuncie la entrada en funcionamiento de obras que ni siquiera han sido recibidas oficialmente por la administración? ¿Es necesario que la alcaldesa, pose triunfante ante las cámaras y anuncie de manera populista beneficios a la ciudadanía que aún no está en condiciones de cumplir?
No es justo, por ejemplo, que, dados los anuncios realizados por la cabeza del gobierno en la ciudad, Claudia López, junto con la Secretaria de Cultura, Catalina Valencia y la directora del IDRD, Blanca Durán, se hubiesen dado las pautas para la inscripción de los usuarios a los programas de Deporte para la vida, Escuelas de mi barrio, entre otros, siete meses después de que fuese inaugurado protocolariamente el CEFE. Sin embargo, a días de comenzar los procesos formativos, sobre el mes de julio, y posterior a realizar los pagos correspondientes a través del portal ciudadano del Instituto Distrital de Recreación y Deporte, para los programas que así lo requieren, se les informó a los beneficiarios que los programas quedaban suspendidos indefinidamente.
Entonces ¿Para qué la inauguración? La respuesta es sencilla y se encuentra en la necesidad de la mandataria, de correr contra el tiempo y de contrarrestar la marea de su desaprobación ante la opinión pública. Según la encuesta de Invamer Poll del pasado 9 de agosto publicada en el portal INFOBAE, el índice de desaprobación de los bogotanos en relación a su desempeño como administradora de la ciudad, ha crecido, llegando al 61%, aumentando dos puntos sobre la encuesta anterior. Esto quiere decir, que los ciudadanos de la capital del país, no están satisfechos con las acciones de la mandataria, rechazando en buena medida sus decisiones como gobernante.
Por lo tanto, posar sonriente junto a su equipo de trabajo ante la comunidad en diversos lugares de la ciudad no es más que una estrategia para conectarse con los sentimientos y opiniones de la ciudadanía, la misma que la eligió y que, en gran medida, puede sentirse defraudada a pocos meses de culminar su mandato. El CEFE Cometas es un claro ejemplo de esto, puesto que, a pesar de saber que no entraría en operación, se llevó a cabo un gran evento para mostrar a la ciudad que estaba listo, se anunció a los medios de comunicación que la Alcaldía y sus instituciones estaban cumpliendo y que las obras y las acciones que las acompañan estaban en el buen camino.
Solo podemos esperar que este parque, que sin duda aportará grandes beneficios a los habitantes de Bogotá, no se convierta en otro elefante blanco y que finalmente podamos disfrutar plenamente de él. Esperamos que se pueda celebrar su apertura no solo protocolariamente, sino mediante la puesta en marcha de los programas que ofrece y que la gente necesita para garantizar su derecho a la recreación, la educación y el desarrollo personal. Hasta entonces, solo quedan fotos que en nada contribuyen al bienestar de los habitantes de la capital de Colombia.