En el Atanasio Girardot le tienen prohibido la entrada a otras barras que no sean Los del Sur. A uno de sus integrantes, Mario Rodríguez, le dio en el 2004 por crear una barra aparte. Se llama Mario Rodríguez y es el líder de Nación Verdolaga. Por deseo de Felipe Muñoz, máximo jerarca del Atanasio Girardot, le impidieron la entrada al estadio a él y a su barra. Como era bogotano, se sentía discriminado en el estadio. Incluso más de una vez los mismos integrantes de Los del Sur, lo atracaron. Aunque se reunió con los dos ideólogos de la barra, Raúl Martínez, sociólogo de 50 años y el sicólogo Muñoz, las amenazas de muerte sobre ellos pesaba. Hasta el punto que a Medellín no pueden volver. Todo eso lo conté en un artículo del 2016 titulado Un sicólogo, el líder de 'Los del Sur', la barra del Nacional que avergüenza a Colombia. El artículo se hizo a raíz de los desmanes que protagonizaron Los del Sur en Lima, después de un encuentro con el Sporting Cristal, en donde 1.000 de sus miembros que habían viajado hasta la capital peruana, llenos de coca y aguardiente, decidieron atracar y saquear negocios en el barrio de La Victoria. En el artículo mostraba las dos caras de Muñoz, quien para muchos es una especie de ángel y, para otros aficionados al fútbol, es el mismísimo demonio.
La actitud arrogante en medios de comunicación, en donde dice que actos vandálicos, criminales como sabotear un partido de fútbol arrojándole objetos contundentes a la policía, es ejercer el derecho a la protesta, rayan con el cinismo. Ese artículo me trajo problemas. Alguien tan respetable como Carlos Raúl Yepes, exitoso presidente de Bancolombia durante cinco años, mostró públicamente su disgusto por lo que, para él, eran calumnias contra esta hermana de la caridad que era Muñoz. Lo mismo sucedió con una documentalista a quien quiero mucho y que tiene una amplia trayectoria en medios. Ellos no tienen la culpa. Muñoz, con su encanto, es capaz de adormecer a una cobra. Durante muchos años muchos medios teníamos prohibido hablar mal de él a pesar de los terribles rumores que siempre lo han rodeado.
Uno de ellos, aunque fue exonerado, fue el de que le dio a su ex novia un jugo hit con una sustancia para obligarla a abortar, según la denuncia que interpuso la mujer en marzo del 2019. Tres años después fue absuelto por la justicia. Sin embargo su ex pareja decidió apelar.
Muñoz es un tipo poderoso, sabe que difícilmente lo tocarán. En Medellín es tratado como si fuera el presidente de una ONG y no como el líder de la barra más terrible del país. ¿Hasta cuándo personajes tan respetados como Yepes y tantos otros van a seguir comiéndole cuento al barra brava más influyente? Parafraseando al maestro Fernando Vallejo ¿En qué momento la muchacha del servicio se nos volvió la dueña de la casa? Lo vergonzoso es que alcaldías como la de Fico Gutierrez o Daniel Quintero hayan decidido cerrar filas sobre Muñoz. Parece no importarles. Quintero, en su populismo maluco, decidió montarle la guerra a los Ardila y prefirió que la organización sacara el equipo de la ciudad a decidirse a ir contra la barra quien está practicando, con toda la impunidad, el delito de la extorsión, y se apoderaron de la tribuna sur del estadio, impidiendo que entren niños, mujeres, hombres que no comulgan con ellos. Ni hablar lo imposible que es visitar con otra camiseta el estadio. No son hinchas, son gamines. Como son hasta primera línea pues resulta progresista apoyar a Los del Sur. ¿Hasta cuándo la alcahuetería?