Spring Step fue la tienda de zapatos número uno del país. Era la que mandaba en el mercado del calzado colombiano y la que imponía la moda en los sectores populares. Por muchas décadas, fue la insignia para vestir los pies porque aparte del calzado en cuero nacional de altísima calidad, vendían buenas marcas extranjeras.
Sus tiendas, fundadas por Raúl Valbuena a finales de los años 50, eran finas, tenían precios para todos los bolsillos y está a punto de desaparecer. En medio de un proceso de insolvencia ya entregó a terceros las últimas ocho tiendas.
En sus mejores épocas, cuando era la reina del mercado, Spring Step alcanzó a tener 280 tiendas abiertas en 45 de las ciudades más importantes del país. Tuvo más de 2.000 empleados y ventas anuales superiores a los 250 mil millones.
Aquellos números acompañaron a los dueños de la empresa hasta el año 2015. A partir de ese momento, cayeron en picada. Aunque dos empresas se hicieron cargo de las 78 tiendas que aún les quedan en pie para lograr salvar la compañía, la verdad es que mes a mes se están cerrando las pocas tiendas que quedan abiertas.
La historia de Spring Step arranca con un nombre heredado y una docena de zapatos prestados en el Centro de Bogotá. En 1957, Raúl Valbuena Sarmiento trabajaba como vendedor y administrador de un local de zapatos propiedad de un norteamericano del que nadie se acuerda hoy. Aquel extranjero tuvo que cerrar el local y volver a su país. A Valbuena, su administrador, le regaló el nombre del local como indemnización: Spring Step.
A los pocos días, Raúl Valbuena se puso a hacer lo único que sabía hacer hasta el momento: vender zapatos. Montó local en la Calle 16 con Carrera Octava, pleno Centro de la ciudad. No tenía nada más que un nombre gringo, pero sonoro heredado de su exjefe. No tenía plata para surtir la tienda, pero logró conseguir una docena de zapatos prestados. Ese fue el inicio de una exitosa carrera empresarial.
Raúl Valbuena fue de los primeros zapateros en instalarse en centros comerciales. En Unicentro, Salitre Plaza y Plaza de las Américas montó gigantes locales que fueron un éxito en ventas. Aquellos años, entre los 70 y el cambio de milenio, fueron el mejor momento de Spring Step. Empezó a invadir el país con su marca, que se volvió un ícono en calzado. Raúl Valbuena alcanzó a tener casi medio centenar de ciudades en las que puso 280 tiendas con su gigante aviso color azul de letras blancas cursivas, fiel al estilo que le entregó su jefe gringo en 1957.
Aunque la apertura económica impulsada por César Gaviria en los años 90, debilitó la registradora de la empresa, la preferencia de los clientes por los zapatos de cuero nacional se mantuvo casi por toda esa década. Sin embargo, llegó el momento en el que la moda deportiva, copiada de la tendencia norteamericana, invadió también a los colombianos, quienes buscaban combinar los jeans con las marcas que veían en televisión: Adidas, Nike, North Star y Reebok que empezaron a mandar en el mercado nacional y las tiendas tradicionales perdieron protagonismo.
¿Qué pasó con Spring Step después de Raúl Valbuena?
En 2005, aún con buenas ventas, Raúl Valbuena les entregó a sus tres hijos Hilder Raúl, Blanca Lucía y Diana María el control de la empresa. Hilder se hizo Presidente y las dos hermanas se dedicaron a las áreas de ventas y mercadeo. Una década después, debido a varios factores, empezó la decadencia de la marca que no encontró espacio para actualizar su portafolio y sus ventas se fueron a pique.
En aumento en los impuestos de las materias primas importadas, el interés de los clientes por otro portafolio y especialmente el contrabando de zapatos chinos, fueron el acabose para Spring Step y otras marcas.
La solución que iban encontrando poco a poco para mitigar la falta de efectivo era cerrar tiendas y despedir trabajadores. De las casi 300 tiendas que llegaron a tener, en 2015 ya tenían mucho menos de la mitad. En 2016 se ahogaron en deudas, debían más de 40 mil millones y se declararon en quiebra. Ante la Superintendencia Financiera pidieron ser acogidos en la Ley de Insolvencia.
Spring intentó reorganizarse para salir de la crisis y mantenerse en el mercado. Entregó 70 de sus locales y el control de la marca a la empresa CM Logistic y se quedó solo con ocho. En 2018 anunciaron que habían salido de la quiebra, pero incumplieron los acuerdos de reorganización con la Superintendencia y esta tomó la decisión de entrar a liquidar.
Lo último que ha hecho la familia Valbuena para no dejar morir a Spring Step es entregarle a la empresa Gzinco, dedicada a la venta de ropa, las últimas ocho tiendas que tenía bajo su control para que la salven de la inminente liquidación. Tienen solo tres meses para sanear la compañía, de lo contrario, Spring Step camina hacia la desaparición.
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