Están en orillas diferentes. Alejandra Azcárate nunca ha escondido su uribismo, Margarita Rosa se siente muy orgullosa de su petrismo, sin embargo se estiman, se respetan, se quieren. En un momento tan complicado para Margarita Rosa después de renunciar a su columna en El Tiempo, Azcárate le recordó la importancia de uno de sus personajes más queridos, La Ranga. Primero la Azcárate dejó a un lado su altivez y le escribió de esta forma:
Inmediatamente publicó su sentida carta:
Margarita Rosa, complacida, agradeció el gesto de Alejandra: