Al rey del golf todo empezó a desmoronársele una madrugada de noviembre del 2009. Su esposa, Elin Nordegren, acababa de descubrir su romance con la presentadora Rachel Uchitel. Tomó un palo de golf y se lo clavó en la espalda. Para evitar la golpiza Tiger Woods se subió en el todoterreno Cadillac Escalade y salió despedido de su mansión de la Florida. Los calmantes que estaba usando para atenuar una vieja lesión le jugaron una mala pasada a su concentración y justo cuando salía de su casa se estrelló contra un árbol. Salió ileso pero el escándalo sacudía los tabloides del mundo. La noticia alentó a docenas de mujeres a confesar que habían estado con el campeón. Fue tanta la presión que Tiger Woods se retiró temporalmente del golf no sin antes confesar en una rueda de prensa y al lado de su mamá su adicción al sexo.
Nada de esto sirvió para mantener a flote su matrimonio. Un año después en el 2010 la pareja protagonizó el divorcio más caro de la historia: US$ 100 millones tuvo que desembolsar Woods quien en esa época era deportista mejor pagado del mundo. El castillo se rompía. En un solo mes perdió US$12 millones en patrocinio. Nadie quería pautar con un sátiro que le había puesto los cuernos a su mujer con más de 100 mujeres. Se intentó rehabilitar pero su obsesión por el sexo lo borró del deporte a pesar de ser considerado, junto a Jack Nicklaus y Arnold Palmer, como el mejor golfista de la historia. Sus números hablan por sí mismo: Ganó cuatro master de Augusta, tres abiertos de los Estados Unidos y tres abiertos británicos. En el 2005 ganó US$ 85 millones. Era, según Forbes, el deportista mejor pagado del mundo.
Después de esa fecha la carrera del mítico deportista se vendría abajo. Intentó sostener una relación con la esquiadora olímpica Lindsay Vonn. Duró tres años con ella y la relación se acabó por una recaída en su adicción al sexo. Lindsay descubrió que en una sola noche el golfista se había gastado 40 mil dólares en prostitutas. La excusa que le sacaron sus seguidores era que la depresión por no poder retornar a su nivel deportivo – Tiger ha sido operado cuatro veces de la espalda en lo que va de la década- fueron los culpables de la recaída.
Tiger sigue retirado de las competencias. Cada vez se le ve más perdido. El pasado 29 de mayo la policía de Florida lo encontró dormido dentro de su auto justo antes del amanecer. Estaba borracho y abatido. Lo encadenaron como se ve en este video, lo detuvieron unas horas pero salió libre. Regresó a su mansión cargando la depresión de estar solo y de ver todos esos trofeos que alguna vez conquistó y que hoy ni siquiera tiene la fuerza para levantarlos.