Hubo un tiempo en que Charlie Sheen prefería buscar en páginas porno a Melanie Ríos que tener sexo. Fue tal la obsesión del actor que, por intermedio de amigos de la industria del cine para adultos, la invitó a una de las fiestas que colmaban cada sábado la piscina de su mansión en Beverly Hills. Ella, lejos de encandilarse por la fama de Sheen, nunca había visto un capítulo de Two and a half men ni conocía la saga de Scary Movie. Aún así, en esa misma noche en que lo conoció, Melanie le tuvo tanta confianza que le contó que había nacido en Medellín, que su verdadero nombre era Sara Velez Granados y que soñaba con ser, algún día, una estrella de Hollywood.
Lo que no le contó a su amante furtivo es que a los 12 años dejó Colombia para irse, con su familia, a los Estados Unidos, que al mes de haber llegado inició su vida sexual abrazada a una mujer y que a los 15 perdió la virginidad formalmente con un hombre del que estaba enamorada perdidamente, que durante un tiempo tuvo que repartir pizzas y que a los 18 años se dio cuenta que podía vivir de lo que más le gustaba: el sexo.
Melanie estuvo en la casa de Charlie Sheen más de 15 veces y en dos ocasiones le dio una muestra privada de su trabajo. La relación finalizó luego de que en una de esas fiestas él terminara en una clínica por una sobredosis y ella junto a otras colegas, en el show de Howard Stern hablando de las poses sexuales del actor, el tamaño de su miembro y sus condones favoritos. Charlie se sintió traicionado y con una llamada al programa negó todo lo sucedido.
Melanie quedó con algunos dólares de más en su cuenta de ahorros, una historia por contar y gratos recuerdos. Si hubiera sabido que el hombre con quien había tenido sexo dos veces era portador de VIH, a lo mejor la experiencia no hubiera sido tan placentera. Nunca lo supo, hasta que en noviembre pasado él mismo confirmó lo que ya era un secreto a voces.
De haber sido contagiada su carrera en el porno habría acabado al mismo tiempo que los encuentros con Sheen, pues los rigurosos controles a los que la somete su industria son mensuales. Como no fue así, Melanie pudo seguir abriéndose camino en el porno y rodar éxitos como Oil Overload, Lush y Spartacus MMXII The Beginning que le valieron varias nominaciones a los premios AVN, los Óscar del porno, en los años 2012 y 2013.
Hoy, a sus 24 años, es una de las actrices porno latinas más buscadas en internet. Con 1.60 de estatura, pechos naturales y contextura delgada, dista de la típica imagen de actriz porno. Su “gracia” para la industria está en que encarna lo que los gringos llaman the girl next door, es decir una chica común dispuesta a satisfacer todas sus perversiones; el prototipo que se está imponiendo en la industria del porno últimamente.
Es tal su popularidad que compite abiertamente con Esperanza Gómez, así mantenga un bajo perfil pues su cuentas de Facebook y twitter fueron suspendidas. Ha trabajado para productoras triple X como Brazzers y se precia de conservar su virginidad anal, la cual está resguardando de la cámara para extasiar oportunamente a los miles de seguidores que se la piden. El capítulo de Charlie Sheen es tema cerrado en la vida de la paisa, pues cuando el actor se declaró portador de VIH muchos periodistas trataron de contactarla pero ninguno obtuvo respuesta. Aunque no tiene nada que temer sabe que jugó con candela y no está interesada en volver a hacerlo.