La cárcel del subdesarrollo es un estado mental y emocional que nos mantiene atrapados en la mediocridad, impidiéndonos alcanzar nuestro verdadero potencial. Es como si estuviéramos en una prisión invisible, rodeados de paredes de conformismo, falta de ambición y miedo al cambio. Esto nos hace creer que no somos capaces de mucho más y que debemos conformarnos con lo que tenemos y no aspirar a nada mejor. Pero la verdad es que tenemos el poder de romper esas cadenas y liberarnos de esta mentalidad limitante. Debemos dejar de lado la excusa de la falta de recursos o la mala suerte, y asumir la responsabilidad de nuestro propio destino. Solo así lograremos construir un futuro más próspero y alcanzar la verdadera libertad.
Trabajadora Social