Adolescencia es una serie de Netflix de cuatro capítulos, de una hora aproximadamente, aborda la soledad de la adolescencia, la búsqueda de respuestas a través de los valores, la ética y la moral que se trasmite en las redes sociales.
Una escuela desconectada de los intereses de sus alumnos que además pretende continuar un modelo educativo donde desconoce que la enseñanza enfrenta nuevas formas de saber cómo el que brinda la internet y las costumbres de virtualización que deja la postpandemia del Covid 19. Cambió el modelo de aprendizaje, los estudiantes tienen otras formas de relacionarse y otros intereses a los que el modelo pedagógico debería mirar de cerca para proponer vínculos entre los desafíos que brinda internet y la formación de la juventud desde la escuela.
Padres que trabajan todo el día en jornadas de 10 a 12 horas, cuando llegan a casa desean el descanso y no querer lidiar con la duda de sus hijos sobre la percepción de sí mismos, brindarles herramientas para que enfrenten el acoso, el ciberbullying, que midan el tiempo que gastan conectados en las redes sociales, que puedan saber qué es lo que consumen en ese tiempo dedicado a navegar por diferentes horizontes que paradójicamente les abre el mundo y a su vez los encierra con los problemas de la escuela que son a su vez el comienzo de los problemas existenciales. Adolescentes olvidados en sus propias casas.
Cada capítulo hecho en un plano secuencia, al mejor estilo del Arca Rusa. Dirigida por el inglés Philp Barantini quien actuó en la serie Dream Team y la miniserie Band of Brothers. Jamie Miller, interpretado por Owen Cooper, un adolescente que es acusado de un homicidio de una chica de su edad. Una actuación memorable que deja ver naturalidad para trasmitir miedo, desesperanza, ternura, una montaña rusa de emociones.
Una familia devastada con Eddie, el papá (Stephen Graham) que con sus gestos y sus silencios y sus perdidas de impaciencia va reflejando la impotencia de ser papá en estos tiempos enrarecidos, junto a su esposa, Manda (Christine Tremarco), se ven conducidos a la culpa y que son finalmente sobre quienes recae los desafíos y los aciertos de la crianza.
El capítulo tres mantiene una gran conversación larga entre Jamie y su psicóloga, la que tiene como objetivo escribir y dar un informe al juez sobre la comprensión que tiene Jamie de sí mismo. Jamie la desborda, la impacienta, la hace dudar, le confronta sus dudas, su método, le hace sentir temor de un chico de trece años.
Una psicóloga agitada, asustada frente a un adolescente que se está planteando respuestas sobre la construcción social de ser hombre, sobre su identidad sexual, la amistad, sobre el respeto hacia los otros géneros. Jamie se agrieta frente al desafío que significa que la psicóloga cuestione sus lógicas y esas formas de entender su naturaleza con su apatía por el fútbol y el gusto por dibujar, por querer ser, a pesar de todas las inseguridades, la rabia contenida que viven los chicos y chicas de su edad. Adolescencia es la obra maestra que hay que correr a ver en Netflix. Majestuosa, sublime, tensa.
También le puede interesar: La supuesta guerra contra las drogas es un completo fracaso
