Colombia se encuentra en un momento sin igual. Se ha abierto la compuerta para terminar la guerra y el balance, en términos de los 3 puntos acordados de un total de 5, es de vital importancia.
No obstante las dificultades y vaivenes en la búsqueda del cierre de la guerra, lo evidente y claro es que al actual Presidente, la ciudadanía le otorgó un mandato para que hiciera la paz y se iniciara el proceso de la postguerra y por supuesto el inicio de la reconciliación y la reconstrucción nacional.
En los últimos sesenta años de nuestra historia, que es un periodo igual a la duración de la guerra, un actor social, como ninguno, ha estado en la construcción de comunidades a todo lo largo y ancho del país. Se trata de la Acción Comunal.
Esta forma de organización social de base, ha sido fundamental en la construcción de la democracia colombiana y a la par, ha alcanzado unos logros en medio de las dificultades y obstáculos que impone la guerra.
En este momento histórico que se busca el cierre definitivo del uso de la violencia como medio para alcanzar el poder, uno de los debates centrales que debe ocupar la agenda de organización y acción concreta a la acción comunal, es como va a enfrentar y comprometerse en el proceso de reconciliación y reconstrucción nacional. Sin lugar a dudas la acción comunal debe ser un actor de primer orden en esos tópicos.
La acción comunal, debe jugar un papel protagónico y altamente comprometido, en el redimensionamiento del municipio colombiano que se avecina en el postconflicto o la postguerra. Es parte vital para sentar las bases para la construcción de una paz duradera, dada la solidez al ser la organización más grande del país. Somos una organización que ha buscado la paz, como propósito, en cada una de nuestros territorios y con la claridad que todas nuestras acciones van encaminadas a la construcción de democracia y la solución de conflictos por vías no violentas.
La paz debemos entenderla como bien supremo de cualquier democracia y de cualquier régimen político justo, pero de acuerdo a los impactos de la guerra en cada uno de los municipios donde actúa la Acción comunal, se debe establecer una priorización de municipios donde el índice de afectación por la guerra, establezca varios niveles. Este elemento debe constituir un elemento clave de trabajo y de acciones concretas en el plan de trabajo para los próximos diez años de la acción comunal nacional (Ej. Plan Nacional Comunal por la Paz y la Reconciliación Nacional). La política de restitución de tierras y de retorno de las víctimas a su lugar de origen, debe ser otra tarea incluida en dicho plan, de igual manera la asunción de tareas que se desprenden del cumplimiento de los acuerdos de paz con base en los planes y programas que determinen los firmantes de los acuerdos de paz y los que determine el gobierno nacional y los gobiernos departamentales.
El movimiento comunal tendrá otra tarea más en lo que concierne a las elecciones locales próximas del 2015. Dónde no basta con postular candidatas y candidatos en las alcaldías y gobernaciones y corporaciones públicas de elección popular, sino se cuenta con una agenda de trabajo que contenga en sus propuestas lo que contribuya a la construcción de una paz duradera y el proceso de reconciliación nacional. La necesidad de disponer de esa agenda de trabajo, es la forma más efectiva de llegar al ciudadano, donde la acción comunal, es el primer contacto entre el Estado y la comunidad.
Esta serie de afirmaciones que se destacan, exigen una revisión, punto a punto, de la agenda histórica que ha sido la brújula de nuestra organización.
En más de 54 años de existencia, el avance en la lucha constante por la unidad y la organización ha sido lento y reflexivo, no sin obstáculos. Pero esa agenda viene siendo cuestionada por centenares de afiliados comunales que atraviesan coyunturas extremadamente difíciles como la pobreza, el hambre, el desempleo, el cambio climático, el desplazamiento forzado, la desaparición forzada, los falsos positivos, las masacres, el despojo de tierras, el asesinato de los Dirigentes Comunales etc.
Estas situaciones deben ser analizadas a fondo y tener acciones concretas en el plan que se propone. Dichas acciones deben ser más frontales, las posiciones más concretas y se clama por la movilización comunal nacional y por la construcción democrática y participativa real del Plan de Acción Nacional, que contenga las realidades municipales. Un plan que contenga y represente todas las voces y la vida real de todos los comunales de Colombia
El proceso de cierre de la guerra, que aspiramos con clamor llegue a buen término, es un proceso que determinará y perfilará, sin duda alguna, el quehacer comunal; perfilará la acción comunal como un actor para la paz, un actor para la reconciliación, un actor para superar la deuda social y ser artífice de su materialización en la vida de las comunidades.
La acción comunal debe mentalizarse que si no asume el proceso de cierre de la guerra como una de las mayores oportunidades políticas para su relanzamiento y afianzamiento de su legitimidad ante las comunidades, se podrá perder una opción de oro para ser protagonistas de base de la paz y la reconciliación.
La Acción Comunal, en particular y el país en general, “no pueden perder esta oportunidad, el país tiene que ganar, y ganará con este acuerdo que no será la paz en sí misma, pero será la base para la construcción de una paz duradera y estable".
A trabajar ya, por la construcción del Plan Nacional Comunal por la Paz y la Reconciliación Nacional.
¡No puede existir disculpa posible !
La acción comunal, clave en el postconflicto Político
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