Mientras se desarrollaba la visita papal en redes sociales empezó a circular una imagen de la entrega de las llaves de la ciudad que hizo Enrique Peñalosa al papa Francisco. Esa imagen estaba acompañada de diferentes frases, montajes y comentarios que hacían entender que Peñalosa en un supuesto arranque de protagonismo no habría permitido que la niña que presentó la llave en la ceremonia se la entregase al pontífice.
La imagen en sí misma no tenía nada de especial, pero se hizo viral dada la situación verosímil y polémica que supuestamente representaba: todos hemos visto que durante la visita del papa han sido los niños y los jóvenes los encargados de entregarle los regalos que se le tenían preparados. El público supuso que la llave de madera tallada era otro de esos regalos y que sería entregada por la niña que la sostenía, lo que no sucedió porque fue el alcalde quien se la dio al papa.
Esa situación se explica porque la llave de madera tallada por jóvenes salvados de la calle del Bronx fue una condecoración. La llave representaba las llaves de la ciudad que es una condecoración honorifica de la ciudad de Bogotá al papa Francisco como visitante ilustre. El distrito tomó la decisión de reemplazar la típica llave hecha en metales preciosos por esta obra que tiene una carga de significados bastante grande y que es más acorde con el carácter del papa.
Era fácil para el público general confundir las llaves de la ciudad con un regalo dada la similitud entre ambos reconocimientos. Lo que resulta increíble es que Gustavo Petro pretendiese usar esa imagen viral y malintencionada para criticar la ceremonia de entrega de llaves al papa Francisco. Esta situación resulta siendo en el mejor de los casos un error por una ignorancia difícil de creer en una figura de su calibre y en el peor de los casos en un acto bastante malintencionado de aprovecharse del desconocimiento del público sobre estas ceremonias.
Queda en la conciencia de Petro saber qué le pasó a la hora de hacer esa publicación: si cayó presa de una ignorancia difícil de creer en un personaje de su calibre o si resulta ser otra de sus tácticas para ganar seguidores. En cualquier caso es una situación donde queda mal parado ante la opinión pública como lo demuestran varias respuestas a su trino de personas que aun sin saber de la confusión entre regalo y condecoración ya presentían que había algo mal en esa publicación.