Yo no la soporto y sin embargo la sigo. A veces observar el abismo es atractivo, dan ganas como de lanzarse al vacío, dejarse llevar por el impulso.
Kika Nieto es homofóbica, le gusta hacer alarde de sus cosas —recuerdan su luna de mie— y es una cristiana radical. Cuando recién se casó con el también influencer Sant Maye hizo alarde de su viaje a Grecia subiendo videos a la plataforma hasta que quedamos hastiados.
Claro que la señorita Nieto causa frustración, su única virtud es mostrar en vivo todas sus debilidades, toda su ignorancia y su soberbia. Kika Nieto ha sido capaz de decir que: “Yo opino que Dios nos hizo a todos y creó al hombre y a la mujer para que el hombre esté con la mujer y la mujer con el hombre y ya. Lo que hayamos hecho después de eso, como hombre con hombre y mujer con mujer, considero que no está bien. Sin embargo, lo tolero”.
A pesar de ello, tiene 7 millones de seguidores en la red social y cada video que sube tiene un promedio de 800 mil visitas. Su influencia entre los jóvenes es innegable pero es una influencia absolutamente negativa, triste, una influencia que habla muy mal de los jóvenes de nuestro país.
Si los viejos están pendientes de darle like a todo lo que dice Mafe Cabal, los jóvenes están pendientes de esta pamplinada: en un video subido ayer y que ya tiene 500 mil visualizaciones, Kika hace esto con una pareja de venezolanos. Kika, eres cristiana, ¿no sabes esa máxima de que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha?
Acá caes en lo peor que puede hacer una persona: alardear de lo buena que es con los pobres.