En su poema Los Nadies, el maestro uruguayo Eduardo Galeano escribió: “Los nadies que cuestan menos que la bala que los mata”. Traigo a colación este gran poema de denuncia social, porque Semana publicó un delicado informe sobre la atroz masacre de 23 reclusos en la cárcel La Modelo el pasado 21 de marzo, la cual es aberrante, execrable e indignante.
Basados en los resultados del Instituto de Medicina Legal, la investigación de la revista nos dice que los reclusos fueron asesinados a sangre fría. Varios de ellos, los cuales no pasaban de 30 años, tenían disparos, unos por la espalda, otros en el cuello (en total acto de indefensión), otros en el pecho, unos en la boca y otros en la frente.
Recuerdo que el día de la masacre, los medios de comunicación aunque pasaron la información (más amarillismo que análisis) no fueron tan contundentes como las redes sociales en el que se filtraban grabaciones en vivo y en directo de lo que estaba sucediendo.
Con el paso del tiempo, la trágica noticia se fue olvidando, como todo lo que sucede en Colombia. Particularmente, me costaba creer que 23 personas asesinadas y 80 más heridas en una cárcel hayan pasado desapercibidas, con apatía no solo de la prensa sino de los ciudadanos. Más grave aún es que jamás hubo responsabilidad política, por cierto, ¿quién es y dónde anda la ministra de Justicia?
Es que el decir y pensar de muchos ciudadanos (muy equivocado, por cierto) es que una persona privada de la libertad no merece que el Estado la proteja, pero están equivocados, ya que independientemente de sus crímenes ellos son seres humanos, sujetos de derecho y ciudadanos colombianos, además de padres, hijos, esposos, abuelos, etc. No son cucarachas, son personas. Además, ¿se han preguntado cuántos inocentes hay en las prisiones?
La verdad es que no existe una política pública para tratar el tema carcelario: los reclusos viven de forma miserable, en total hacinamiento y sin las mínimas condiciones, mientras les violentan todos sus derechos.
Ojalá que esta delicada acusación denunciada por Semana sirva para que los culpables (bien sea por acción u omisión) de tan aberrante masacre sean investigados, condenados penalmente y sancionados. ¡Que no quede solo en titulares!