JUSTICIA, DIGNIDAD Y RESISTENCIA. Autonomía del dicho al hecho.

JUSTICIA, DIGNIDAD Y RESISTENCIA. Autonomía del dicho al hecho.

Por: Don Palabras
diciembre 01, 2014
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JUSTICIA, DIGNIDAD Y RESISTENCIA. Autonomía del dicho al hecho.
DonPalabras

En atención a la orientación de los Mayores, siguiendo los Mandatos de la comunidad, en observancia de los referentes jurídicos internacionales -como son el convenio 169 de 1989 de OIT y la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas de ONU de 2007- y al amparo de los artículos 246 y 286 de la Constitución Política Colombiana, los pueblos indígenas del Cauca, así como los de otras regiones, han trazado una línea de acción en cuanto a protección de la armonía de sus territorios; la cual se ha puesto en práctica mediante las denuncias y rechazos a la explotación minero energética en los mismos, el rechazo a la agroindustria extractiva de las plantaciones forestales y agrocombustibles, el rechazo a la implementación de los tratados comerciales de sustento neoliberal, y la defensa y protección de los bienes de la naturaleza o frutos de la mama kiwe.

Pero también han ejercido control territorial mediante el rechazo a las agresiones de la guerra en los territorios, expresadas estas en la ocupación de los mismos por parte de los diferentes grupos armados, la vinculación de miembros de sus comunidades en las filas de cualquier ejército y las acciones violentas directas o colaterales que dañan a su pueblo; este rechazo ha trascendido a la acción de control territorial a través de la presencia permanente y organizada de la Guardia Indígena o Kiwe Thegnas quienes son miembros de la comunidad con una preparación e investidura especial que tienen la misión de velar por la armonía del territorio y que además de un bastón de mando que simboliza la autoridad, cuentan con el respaldo y acompañamiento de la comunidad en pleno -es así como en situaciones de emergencia o en Asamblea Permanente la Guardia es toda la comunidad.

El día miércoles 5 de noviembre en la zona rural del Resguardo de Toribío, Norte del Cauca se encontraban algunos miembros de la Guardia Indígena de este Resguardo realizando acciones de control territorial, las cuales implicaron el reclamo a algunos miembros de las Farc-Ep por la instalación de propaganda de su estructura insurgente en el territorio la cual, a criterio de la organización indígena, es una afrenta a la armonía territorial; este reclamo fue desatendido por los miembros de la insurgencia armada, quienes optaron por atacar a los miembros de la Guardia dando muerte por tiros de fusil a Manuel Tomiña y Daniel Quitumbo. La irregular y desproporcionada acción de estos miembros de las Farc causó la inmediata movilización de la Guardia en emergencia –toda la comunidad- quienes persiguieron y dieron alcance a los agresores, los cuales, después de un diálogo ejercido por líderes y miembros de la Guardia, reconocieron la comisión del crimen y se sometieron a la autoridad del territorio, entregando las armas y material de intendencia.

Lo que sucedió después la opinión pública lo conoció por el enorme despliegue mediático: la comunidad sembró a sus líderes sacrificados bajo la consigna “por cada indio muerto, otros miles nacerán” (himno de la Guardia Indígena), los Mayores desarrollaron una rápida y efectiva investigación que fue simplificada por la confesión y aceptación de responsabilidad por parte de los procesados, la comunidad se reunió en Asamblea y en ejercicio de su autonomía jurídica decidió las sanciones y remedios que habrían de ser aplicados a estos miembros de las Farc -que además son también indígenas Nasa-, siendo 60 años de cárcel para el principal agresor, 40 años para quienes participaron del hecho, y para dos jóvenes de 14 y 17 años un remedio espiritual y privación de libertad en un centro especializado para menores, además del reconocimiento de estos últimos como víctimas de la guerra.

La que ha sido llamada equívocamente justicia express ha sido aplaudida y respetada por la mayoría de la opinión pública, así como por el Ministerio de Justicia y la Fiscalía, quienes han defendido la autonomía de la jurisdicción indígena, por otra parte algunas voces de organizaciones defensoras de Derechos Humanos y de las Naciones Unidas han llamado la atención acerca de lo que podría ser la violación del debido proceso por la presunta falta de garantías para los procesados. Sin entrar en el debate, sólo menciono que el respeto a la autonomía implica de hecho reconocer y respetar las formas diferentes a las de la sociedad mayoritaria para, entre otras cosas, dirimir conflictos o impartir y administrar justicia, lo cual puede tener por supuesto unos procedimientos e instancias específicas diferenciales.
Lo que en realidad llama la atención de todo este caso es lo que es evidentemente una postura maniquea del gobierno y de los medios masivos de comunicación, que además pone en altísimo riesgo a los líderes del pueblo Nasa cuando alaban y respaldan el ejercicio de administración de justicia por parte de la comunidad de Toribío supuestamente contra las Farc-Ep, lo cual es impreciso y -quiero insistir- de altísimo riesgo puesto que se está manipulando la dignidad ejemplificada por el pueblo Nasa de Toribío como herramienta política contra las Farc-Ep.

Los ejercicios de control territorial no son contra un grupo armado en particular, sino en protección de la autonomía de los territorios, la cual se ve alterada por la presencia de Guerrillas, Ejército regular, Policía, paramilitares, bandas criminales y grupos armados de narcotráfico, que con sus acciones afectan la dinámica social, cultural y espiritual de las comunidades. De este modo las comunidades indígenas, en cabeza de sus líderes y la Guardia Indígena o Kiwe Thegnas han ejercido control territorial impidiendo el posicionamiento del paramilitarismo en la década anterior, desmontando trincheras de ejército y policía de los centros poblados, exigiendo el retiro de los campamentos y bases militares de los sitios sagrados, rechazando el uso constante que hace la policía asentada en Toribío, de la comunidad como escudos humanos atrincherándose en el parque del pueblo y en las casa de los comuneros. El rechazo es a la guerra, a la presencia de ejércitos cualquiera que sea, pues la comunidad Nasa de Toribío tiene la claridad de que el enemigo es la guerra, pues todos los actores de la misma los han victimizado en defensa de unos ideales o postulados que no son los de ellos y que no los representan.

De manera que es por lo menos maniqueo que el gobierno asegure respetar la autonomía de la jurisdicción indígena en este caso, mientras que acusó como auxiliadores de la guerrilla y pidió judicialización contra líderes de este mismo pueblo cuando en un ejercicio similar se retiró al ejército del cerro Berlín en 2012, o se acusa de terrorismo a estos mismo líderes cuando en exigencia del cumplimiento de los acuerdos pactados con este mismo establecimiento la comunidad indígena se moviliza por las carreteras del país; es maniqueo que los grandes medios de comunicación ensalcen la autonomía indígena, cuando declararon a esos mismos indígenas como victimarios del pobre Sargento García y su grupo, siendo ellos quienes ocuparon el territorio sagrado del Berlín atropellando los postulados del DIH y los Derechos de los Pueblos Indígenas.

Y es por lo menos estúpido que algunos sectores políticos de derecha y de opinión guerrerista crean que pueden manipular la dignidad y el ejemplo de la comunidad Nasa y de la Guardia indígena para hacer ecos de su mensaje contrainsurgente; estúpido y peligroso pues hoy los líderes del pueblo Nasa se encuentran expuestos a una ofensiva armada por parte de estructuras armadas presentes en la zona -que parecen descoordinadas del núcleo de mando de las Farc- como retaliación por el procesamiento de sus hombres y por la destrucción de las armas y material de intendencia, mientras por otro lado el Ministro de Guerra plantea reforzar la presencia militar del establecimiento en la zona, para supuestamente defender al pueblo indígena que él mismo tantas veces ha señalado como auxiliadores del terrorismo, cuando esto en realidad constituye una amenaza para el pueblo
Nasa, pues esa fuerza del establecimiento es la mayor responsable de atropellos contra esta comunidad.

Ñapa: Guardia, Fuerza. Respaldo pleno al Pueblo Nasa y enaltecimiento a la memoria del Nasa Pal Alvaro Ulcué Chocué, principal impulsor de la revitalización del pueblo Nasa; asesinado hace 30 años, con participación de las fuerzas armadas del establecimiento. “Atreverse a pensar es empezar a luchar”

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