En convulsionados tiempos para el ejercicio de la medicina, no sobra recordar el juramento hipocrático que hacemos todos los médicos al momento de graduarnos. Esta es la versión que la Organización Mundial de la Salud (OMS) hiciera a finales del siglo XX, para actualizar el lenguaje del texto original escrito por el padre de la medicina occidental, Hipócrates de Cos. (Iπποκράτης ὁ Κῷος)
Ἱπποκράτης ὁ Κῷο
Sucede también que durante una charla el 23 abril de este año, en la Biblioteca Departamental del Valle, nos dio por hacer con el público asistente, una transpolación a lo que sería si los seres humanos hiciéramos un juramento al momento de nacer. He aquí lo que resultó.
Juramento Hipocrático (JH): En el momento de ser admitido entre los miembros de la profesión médica, me comprometo solemnemente a consagrar mi vida al servicio de la humanidad.
Raza Humana (RH): En el momento de ser admitido (nacer) entre los miembros de la raza humana, me comprometo solemnemente a consagrar mi vida al servicio de la misma.
JH: Conservaré a mis maestros el respeto y el reconocimiento del que son acreedores.
RH: Conservaré a mis padres, hermanos, maestros y compañeros, el respeto y el reconocimiento del que son acreedores. Así mismo haré con los animales, vegetales, plantas y objetos del planeta.
JH: Desempeñaré mi arte con conciencia y dignidad.
RH: Desempeñaré mi labor, vocación, misión u ocupación, con conciencia y dignidad.
JH: La salud y la vida del enfermo serán las primeras de mis preocupaciones.
RH: La salud y la vida de mi cuerpo serán de las primeras de mis preocupaciones.
JH: Respetaré el secreto de quien haya confiado en mí.
RH: Respetaré el secreto de quien haya confiado en mí.
JH: Mantendré, en todas las medidas de mi medio, el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica.
RH:. Mantendré, en todas las medidas de mi medio, el honor y las nobles tradiciones de mi familia.
JH: Mis colegas serán mis hermanos.
RH: Mis amigos y cualquier miembro de la humanidad, serán mis hermanos.
JH: No permitiré que entre mi deber y mi enfermo vengan a interponerse consideraciones de religión, de nacionalidad, de raza, partido o clase.
RH: No permitiré que en el rol de mi vida, vengan a interponerse consideraciones de religión, de nacionalidad, de raza, partido o clase.
JH: Tendré absoluto respeto por la vida. Aún bajo amenazas, no admitiré utilizar mis conocimientos contra las leyes de la humanidad.
RH: Tendré absoluto respeto por la vida humana, Aún bajo amenazas, no admitiré utilizar mis conocimientos contra la vida, las leyes de la humanidad y la naturaleza.
JH: Hago estas promesas solemnemente, libremente, por mi honor.
RH: Hago estas promesas solemnemente, libremente, por mi honor.
Como ven no hay mayor variación entre las dos versiones. Sencillamente es una invitación a tomar las acciones en el cotidiano vivir y aplicarle estos principios. Si, una variante más de los diez mandamientos y de tantas otras motivaciones que tenemos para mejorar, para lograr salud y bienestar. No sobra recordarlo en estos momentos convulsionados de la humanidad, pero en que se vislumbra un cambio muy positivo hacia la generación de una cultura de paz. “La repetición hace al maestro”, sabio dicho. Repetirnos los principios y valores de la raza, conduce sin dudas a una toma de consciencia cada vez mayor.
