Todo parecía que la carrera de Julio Rojas sería en Colombia y que sería el escogido para tomar las riendas de la joya de la corona del Grupo Aval: el Banco de Bogotá. Para eso se estaba preparando. En junio pasado, con apenas 33 años, este nieto de Luis Carlos Sarmiento y del general Rojas fue nombrado vicepresidente Ejecutivo del Banco de Bogotá.
Reemplazó en el cargo al veterano banquero Juan María Robledo Uribe, quien murió súbitamente de un infarto y había trabajo por más de treinta años en el Banco de Bogotá como mano derecha del presidente Alejandro Figueroa. Todo indicaba que Rojas se preparaba para la sucesión.
Como vicepresidente ejecutivo tiene bajo su responsabilidad la Vicepresidencia de Estrategia y Planeación Financiera, la Vicepresidencia de Sostenibilidad y Servicios Corporativos, la Vicepresidencia de Tecnología y la Dirección Nacional de Operaciones y era el líder de la transformación de los servicios bancarios.
Había ingresado al Banco de Bogotá en septiembre de 2016 como vicepresidente de Estrategia Digital, encargado de avanzar en las innovaciones digitales, dos años después, pasó a ser el vicepresidente Financiero encargado de la planeación financiera, estrategia, fusiones y adquisiciones.
Su carrera en el sector financiera está más que clara. De los once nietos, es por ahora el más orientado el sector financiero, con experiencia en entidades como Goldam Sachs y Lending Club. Es hijo de Sonia Sarmiento Gutiérrez y de Carlos Rojas Correa, nieto por ese lado, del general Gustavo Rojas Pinilla. Su mamá fue embajadora de Colombia ante la Unesco entre 2009 y 2013, en la actualidad dirige su proyecto de conversatorios sobre arquitectura y urbanismo llamado Arquitectour.
Julio estudio pregrado en la Universidad de Princeton y se graduó de un MBA de la Universidad de Harvard, donde conoció a su esposa con quién tiene tres hijos, la norteamericana Brynne McNulty Welsh, una emprendedora cofundadora y CEO de Habi un emprendimiento de tecnología inmobiliaria en América Latina, y directora estratégica de la Fundación McNulty, que invierte en emprendedores alrededor del mundo.
Habi es un proyecto ganador que cuenta con el respaldo de Softbank, Inspired Capital y Tiger Global y ha aumentado 20 veces el crecimiento año a año. Desde su lanzamiento en 2019, la compañía había recaudado USD 128,5 millones en tres rondas iniciales de inversión, y este mayo lanzó una nueva por USD 200 millones, con lo cual se convirtió en el segundo unicornio colombiano, con una valorización de más de USD 1.000 millones.
Comparte los mismos intereses en el sector financiero que su esposo y es tan competente como él. Estudio en Wharton en la Universidad de Pensilvania donde conoció los mundos combinados de los bienes raíces y las finanzas y trabajó, como su esposo en Goldman Sachs.
Los planes en Colombia iban en viento en popa, donde además criaban a sus dos primeros hijos, hasta que cambiaron radicalmente. Después de pandemia decidieron trasladarse a Miami desde donde Brynne maneja la expansión de su negocio y Julio se dedica a la gestión de inversiones a través de Cordillera Capital, empresa que fundó en septiembre del año pasado, y aprovecha para identificar oportunidades para el mega portafolio familiar construido por su abuelo Luis Carlos Sarmiento Angulo
Julio Rojas se preparó para el gran reto del nuevo mundo digital. Hizo una pasantía en el verano de 2015 en Bain Capital Ventures, un fondo de inversión, dedicado a invertir en empresas emergentes que utilizan tecnología para alterar los mercados existentes o crear otros completamente nuevos. Aprendió de los emprendimientos de tecnología o start-ups, en los que la creatividad es fundamental. Un conocimiento que ha introducido en el banco.
En un mundo tan tradicional como la banca se ha dedicado a contratar estadísticos, matemáticos, físicos, especialistas en big data, diseñadores, antropólogos y gente de todas las áreas de humanidades. Cree en un mundo bancario combinado, donde lo digital y físico se complementen, atrás quedó el modelo de atención de 9 am a 3 pm. Su esfuerzo ha estado enfocado en la conectividad permanente, personalización, simplicidad, agilidad, seguridad y transparencia. Bajo su mando, la inversión en tecnología representa la cuarta parte del gasto total del Banco de Bogotá. Esta visión, con un componente humanístico, lo llevó a liderar campañas como la que recién tarjeta débito del Banco en beneficio de la niñez, que otorga un aporte del 1 % de la compra al apoyo de programas de Unicef orientados a la protección de la niñez colombiana.
Esta acumulación de información y experiencia en sus cinco años en el Grupo Aval llegaron a su fin en pasado agosto del año pasado cuando Julio Rojas decidió trasladarse con su familia a la Florida. Desde allí participará en las inversiones construidas por su abuelo en Estados Unidos, Centro América y Sura América, que cobran gran importancia en un momento de incertidumbre política cuando los grandes empresarios colombianos están diversificando sus inversiones.
La acción del Grupo Aval Acciones y Valores cotiza en la bolsa de Nueva York desde septiembre de 2014, bajo el símbolo AVAL, y cubre sus inversiones en el sector financiero tanto en Colombia como en Centro América.