Su voz y opinión social se hace cada vez más fuerte y conocida: Julián Sastoque es un joven que a punta de conocimiento y cordura llegó a hablar en la ONU y ahora demuestra que la política colombiana es su pasión y su sueño.
Siempre he creído en ese sexto sentido que tienen los padres de familia con sus hijos, en especial las madres, y sí, a Julián su familia lo ve como una persona capaz de tomar en un futuro las riendas políticas de nuestro país. Pero ojo, esto no es una cuestión de anhelos o sueños maternales, sino un análisis a su carrera y su voz, que cada día suena más entre sus seguidores que lo ven como un futuro líder político.
Dichos colombianos hacen notoria su opinión en redes sociales. Leer la constante participación de la juventud en los temas de la política es muy agradable: ya tienen un pensamiento, un partido político que defienden, y buscan a través de sus creencias mejorar nuestro contexto social. Esto es lo que se necesita: un país de jóvenes con opinión para crear un debate de ideas.
Las redes sociales exponen personajes asociados a un ideal político, pero desafortunadamente estas mismas pueden jugar en contra para juzgar y crucificar a un joven que solo busca el bien común. Hablo de Julián Sastoque, un estudiante de economía de la Universidad Nacional que se hizo popular por el pasado debate presidencial, al ser quien encaró con total respeto y conocimiento a Iván Duque.
Arranquemos por algo, ni siquiera el futuro presidente de Colombia se sintió amenazado u humillado, al contrario felicitó a Julián por su ímpetu y su conocimiento, pero las redes y los seguidores del Centro Democrático lo juzgaron. Por eso hablé con Julián, para entender cómo lidia con el bullying virtual, cómo es su trabajo en la ONU y qué es todo lo que desea hacer por Colombia.
¿Julián, cómo fue lidiar con todo el ruido mediático y el acoso virtual?
Soy una persona muy sentimental, pero muy valiente. El tema de la diplomacia me ha hecho muy frío en unas cosas y me ha enseñado a manejar mi comportamiento, a no responder con grosería, a ser muy fresco, muy tranquilo.
Fue muy desagradable ver la foto del premio con el presidente Santos y ser modificada, fue un premio, un mérito, no me gustan las cosas regaladas y cuestionaron las cosas sin pensar lo que hice para ganármelo, eso me molestó. También ver que pusieran fotos mías con guerrilleros, esos montajes que inclusive usaron personas pertenecientes al Centro Democrático, diciendo que soy guerrillero fue muy grave, inclusive me llamó la esposa del rector de la universidad preocupada por la imagen de la universidad y todo lo que se decía de mí. Mis padres también se sintieron preocupados.
Por eso hice el video, para aclarar mi imagen. Cuando lo subí a la hora ya tenía como 2000 compartidos y muchos mensajes de apoyo, fue agradable ver personas uribistas apoyarme. El éxito fue tal que hasta los periodistas de Caracol compartieron el video. Ese mediatismo me sirvió de protección porque ya había gente atenta a mí y por supuesto reconocían aquellos que mancillaron mi nombre.
Conozco un grupo de abogados, súper pilos, que también me brindaron su apoyo para denunciar a todos las personas que usaron mal imagen, en especial a un senador del Centro Democrático que compartió el montaje que me hicieron sin pensar las consecuencias que podía pasar, ni tampoco investigar si era falso. Ya le hice una tutela que está en segunda instancia en el tribunal penal, es fuerte, pero si yo no lo hacía quién. La ONU me dijo que por mi experiencia e imagen actuara, y me defendiera en contra de las personas que usaron mi nombre para difamarme.
¿Y cómo se siente esa fama, estar en el ojo del huracán?
Pues me llamaron de muchos medios, fue estresante, pero me fui del país por temas de la ONU y me ayudó a liberarme de este tema. El tema se difundió, hice muchas entrevistas para diferentes medios, una vez me pararon en Washington y me reconocieron por el video, ahora me piden fotos y me dicen que voy a ser presidente.
Es agradable ver que ya no es solo por el tema de las amenazas, sino por cuestiones de mis méritos, y me están conociendo por todo lo que he hecho. También es agradable que ese reconocimiento me ha servido. Además, que muchos uribistas me ofrezcan una disculpa me alegra mucho.
Ya hay muchas personas que escriben y me reconocen no por lo que pasó, sino por el trabajo realizado. Yo salgo tranquilo a la calle, sin miedo, y yo creo que siempre hay que decir las cosas con respeto.
¿Cómo fue la experiencia de participar en el foro de la ONU?
Empecé en las mesas distritales estudiantiles, fue paso a paso, participé en la mesa local de Engativá y en 2013 participé en los SIMONU. Este es un modelo pedagógico para debatir y asumir un país como si fuesen los foros de la ONU, es estar en el papel del otro. Pasé una entrevista con la ONU para ser el Secretario General de la ONU, tenía 15 años, iba al colegio y estaba a cargo de 1500 niños de colegios privados y públicos, no tenía tanta experiencia pero sí tengo mucha oratoria y mucho carisma, que es fundamental para participar en este tipo de ejercicios pedagógicos
Llegué a la ONU por el impacto que tuvo el programa en Colombia. La ONU me invita a sus proyectos por ser pilo, por esto lideré una campaña con 15.000 jóvenes a nivel nacional que son los Objetivos de Desarrollo Sostenible y me nombraron embajador de juventud a nivel nacional. Hice mi primera publicación con la ONU sobre los resultados, lo cual me hizo muy feliz.
Para lograr esto yo creo en el trabajo en equipo, por eso busco lideres jóvenes que me ayuden, que tengan respeto por el otro, que sean rebeldes y actúen con valores y principios y en pro de la sociedad.
¿De dónde nace ese interés por ser un líder?
Desde pequeño empecé con el tema de organizar, siempre me ha gustado participar, fui el representante de los estudiantes en el colegio y he estado metido en los temas de participación. Cuando tenía 9 años yo le decía a mi mamá que quería ser el presidente y ella creía que me refería al ser presidente de Colombia, pero no, yo hablaba sobre ser presidente del consejo estudiantil, y este puesto lo logré. Siempre me ha gustado el tema de liderazgo estudiantil, es algo innato en mí.
¿Qué debe tener un líder?
Es un conjunto de cosas. Debe entender que su vocación es trabajar con los otros y para los demás, no es ser un empleado, es usar sus habilidades para bien y para empoderar a los demás. Yo soy un líder porque he ayudado a crecer a los demás, a formar un ser humano, potenciar las habilidades de los demás, reconocer las capacidades de los demás.
¿Y las nuevas generaciones se involucran en la política?
Hay involucramiento. La tecnología ayuda mucho para cerrar brechas, sirve para las relaciones, pero falta esa acción en las calles, no quedarse en las pantallas, la escuela es clave para que actúen, para que hayan debates. Hay muchos jóvenes indignados pero no tienen las habilidades para expresarse, lo bueno es que estas generaciones no comen cuento, buscan la información.
La educación debe ayudar para que no sea tan digital esta participación, tienen el chip de comentar. Por ejemplo, en este momento estoy trabajando en la Ley Estatutaria de Ciudadanía Juvenil, es la Ley 1622 de 2013, que es una política pública de juventud que define qué es ser joven en Colombia y cómo pueden participar en política. Casi nadie sabe sobre esto y es bueno que se interesen en este tema.
¿Qué sigue para usted después de la universidad?
Quiero seguir estudiando, ojalá en el extranjero, buscar una beca. Quiero trabajar en la Cámara de Representantes, ya que es un tema nacional. Aunque he retomado mucho la idea de mi mamá sobre la presidencia, por todo lo que me ha pasado y cómo lo supe manejar, además de mi experiencia y el reto que involucra este puesto. Yo confío en mí y todo el trabajo que he hecho, además mucha gente me dice que algún día quieren votar por mí.