Si en estos tiempos en que muchas situaciones lamentables nos agobian e indignan en nuestro país, alguien le habla a usted de un personaje que antes de cumplir 5 años ya era elogiado como escritor por personalidades como Jairo Anibal Niño, y que a los 8 años ya había escrito cuentos, novelas, monografías y obras de teatro, ¿Se sorprendería?.
Y si a eso le sumaran que este niño debuto como pianista a los 7 años, y compuso varias obras para orquesta sinfónica y otros instrumentos antes de cumplir los diez, ¿Lo creería?
No crea que se trata de Mozart, o de William Sidis, esta es una nueva historia, y es la de un colombiano.
Pues debe sorprenderse porque la realidad supera la ficción, y detrás de esto, que parece admirable a primera vista, se esconde una historia mucho más increíble; La historia de Julían Bohórquez, el niño prodigio desconocido y el ahora joven de 17 años estudiante de Tatiana Zelikman, (la más grande pedagoga del piano en el mundo), en la academia Gnessin de Moscú.
Julián Andrés Bohórquez Martínez, nació y se crio en el municipio de Chía en Cundinamarca. Como ya se ha dicho, los talentos artísticos naturales de los que está dotado se manifestaron desde la primera infancia con una precocidad increíble pero como siempre las dificultades económicas estuvieron presentes. Grandes de la música como el maestro chileno Claudio Arrau, o Daniel Baremboim, también siendo niños genios, manifestaron precozmente su talento, y tuvieron para desarrollarlo correcta educación y el instrumento en el cual pudieran perfeccionarse. Pero créalo o no, en el hogar de Julián, desde que inicio en la música a los 5 años, hasta que hace casi tres meses viajó a la capital rusa, nunca hubo piano y su educación durante su infancia hasta los 12 años, no fue para nada adecuada, debido a las tremendas dificultades económicas de su familia.
El que alguien haya alcanzado tantos éxitos a tan cortas edades, y en medio de condiciones nada favorables, demuestran una mente absolutamente brillante e incluso tanto más que muchos, que han nacido y cultivado su genio en un medio propicio. De la época en que siendo un niño, y sin ninguna instrucción se arriesgó a componer para gran orquesta, cuenta:
“No tenía ningún profesor aparte de mi oído y un libro: “Síntesis del saber musical”. En la composición fui completamente autodidacta, nadie me enseñó armonía, nadie me enseño orquestación ni formas musicales, yo solo aprendí todo: escuchaba en un casete las sinfonías de Beethoven, el Concierto Para Piano No1 de Tchaikovski una y otra vez, por horas, hasta que en mi casa se cansaban de tanto oír el mismo sonsonete, pero fue así como me hice una idea de las herramientas que podía utilizar para lo que quería componer. Algunas obras como una sinfonía y un concierto para piano quedaron incompletas, porque a veces me quedaba sin herramienta o ideas, pero yo tenía tanta voluntad que al fin, siendo todavía un niño, tenía apenas diez años, compuse un concierto para trompeta y orquesta y luego uno para guitarra y orquesta. Yo ahora, unos años después veo estas composiciones, como 500 partituras grandotas y me pregunto ¡yo como puede hacer todo esto! sin conocimientos, sin profesor, sin tiempo, sin piano, solo con voluntad, con amor. Era mi manera de jugar de niño"
Todas composiciones son obras de infancia, entre los 7 y 14 años, ya que desanimado y deprimido por el interés casi nulo que se prestaba a su talento creador, jamás ha vuelto a componer, recientemente han sido valoradas y criticadas favorablemente por intelectuales del medio artístico como el compositor Mauricio Nassi Lignarolo, o el poeta Eduardo Gómez, entre otros.
A los 12 años, fue admitido por el jurado de docentes del Conservatorio de la Universidad Nacional de Colombia, con la máxima calificación, convirtiéndose en el alumno más joven de la cátedra de Luz Angela Posada, una pianista que había estudiado en el Conservatorio de Moscú, y fue ella la primera persona que supo cultivar el enorme talento del niño. Posada, falleció en el 2013 y el ya joven de 15 años, pasó por una racha de malos docentes que le repudiaron por su carácter rebelde, y musicalmente poco aportaban, así que se vio obligado a abandonar el Conservatorio y buscar la ayuda de la más grande pianista de Colombia.
Todos los que estamos atentos al mundo cultural, recordamos a esta otra niña genial alumna de Claudio Arrau, que por allá en los 60 se llevó todos los premios habidos y por haber, llego a competir a los 16 años en el Concurso Tchaikowski, y que más tarde retirada de los conciertos (había realizado alrededor de 600 antes de los 12 años y en los principales escenarios del mundo) se dedicó a la pedagogía: Pilar Leyva.
Pues bien, el destino unió a estos dos talentos y ella se convirtió en la más importante maestra e influencia para Julián. El la llama “mi salvación” y dice de ella “me rescató de una situación de estancamiento que me tenía sumido en una fuerte depresión. Yo la había conocido cuando a los 15 años participé en el concurso de piano de Bucaramanga, ya desde esa vez recibí elogiosas críticas y fui testigo de su profesionalismo y enorme generosidad. Este año ella me acogió sin dudar como su alumno, y en un corto tiempo nuevamente he podido contar con un verdadero maestro. Lo que he aprendido de ella que ha sido absolutamente generosa conmigo, en cuanto a la técnica e interpretación del instrumento, no lo hubiera imaginado jamás”
Luego de una temporada perfeccionándose con la maestra, llegó la noticia de la beca. Fue otorgada por la Federación de Rusia por medio de la embajada rusa en Colombia y el Icetex, mediante una convocatoria anual que se orienta a bachilleres con las mejores calificaciones y buenos resultados en los exámenes del estado.Sobra decir que el joven cumplía estos requisitos, y a pesar de que era demasiado joven para aspirar, debido a su enorme talento, fue seleccionado. Pero además de eso, como resultado de su palmarés y el video enviado, (Grieg, Mussorgski y Beethoven) la Academia de Moscú, lo eligió para que fuera su alumno.
Habían pasado décadas desde que instituciones como La Academia o el Conservatorio de Moscú otorgaran becas a extranjeros. En esta institución donde Julián Andrés actualmente y por 6 años desarrollará su pregrado, han estudiado Aram Jachaturián, Evgueni Kisin, Borís Berezovski, Daniil Trifonov, (este último también alumno de Tatiana Zelikman) y el director de orquesta Vladímir Fedoseyev, entre muchos otros artistas de fama mundial.
Durante el tiempo que Julián estuvo en Colombia ofreció recitales y conciertos en importantes escenarios del país, además de recitales para la radio y la televisión.
Esto es un poco de la historia del futuro gran artista proveniente de Colombia.
Un joven así, solo pasa desapercibido en nuestro país pero que nadie se decepcione más porque el talento en Colombia si existe y al nivel de los más grandes, ¡solo hay que saber escuchar!