En su afán por reciclar maquinarias y políticos tradicionales, Petro sumó al Pacto Histórico al equipo del cuestionado senador Julián Bedoya, un “peso pesado” al interior del liberalismo y aliado del exgobernador Luis Pérez. A pesar de ostentar un bajo perfil en el Congreso y figurar en la opinión pública solo por sus escándalos, Bedoya es un senador poderoso, un auténtico maestro de la politiquería tradicional y el clientelismo, tan efectivo que en pocos años amasó el poder suficiente para llegar por cuenta propia a la Asamblea, la Cámara y el Senado, montando una estructura diseñada a su imagen y semejanza al interior del Partido Liberal y creando uno de los grupos políticos con mayor crecimiento electoral en Antioquia.
El ingreso del grupo de Bedoya al Pacto Histórico se selló en su principal fortín: La Estrella. Un municipio de tradición liberal controlado por Juan Diego Echavarría, exalcalde y ficha de Bedoya en la Cámara. En La Estrella, el Partido Liberal es una extensión del grupo de Bedoya, al punto que en las elecciones de 2018 le representó 7.843 votos en su salto al Senado (el 30 % de la votación de la lista liberal). Poco importaron las denuncias que involucraban a sus aliados en supuestos actos de corrupción en la seccional del Sena de Caucasia o las irregularidades relacionadas con su título de abogado; el entonces representante se erigió como un verdadero barón electoral y llegó al Senado como la sexta votación del liberalismo con 74.585 votos.
En Antioquia logró 52.884 y su fórmula, Juan Diego Echavarría, sin mayor trayectoria en la política regional, logró 48.417 votos en su primera aspiración a la Cámara. Tras esas elecciones, Bedoya se sumó a la campaña de Vargas Lleras en primera vuelta y a la de Duque en segunda. De esa forma, alineó su estructura con el uribismo -aunque durante el gobierno Santos fue aliado estratégico de Juan Fernando Cristo- y revalidó su potencial electoral en las elecciones regionales de 2019 tras imponer a María Eugenia Lopera en la Asamblea con 45.104 votos (fue la segunda mayor votación) y ganar cerca de 12 alcaldías. Hoy día, renovación liberal es la tendencia con mayor proyección electoral al interior del liberalismo antioqueño, su poder solo rivaliza con el del hegemónico liberalismo de Envigado.
Ahora bien, en las próximas elecciones legislativas Bedoya no aparecerá en el tarjetón, tras varios años sorteando diferentes escándalos y estar en la picota pública por la expedición exprés de su título de abogado, decidió cederle su curul a Echavarría y llevar a María Eugenia Lopera a la Cámara. Echavarría buscará dar el salto al Senado tras un periodo en la Cámara, donde ha destacado por ser uno de los autores del proyecto de ley que pretendió extenderle el periodo a Duque y apoyar irrestrictamente al uribismo. Su salto al Senado dependerá, en mayor medida, de Bedoya y sus movidas en las subregiones del occidente, el norte y el Urabá (donde concentra gran parte de su potencial electoral). Eso en cuanto a las elecciones legislativa, ¿y las presidenciales?
El 15 de enero Petro arribó a La Estrella para sellar una alianza con el liberalismo, la plaza se tiñó de rojo y se llenó de pancartas alusivas al Partido Liberal, pero más que una asistencia espontánea de ciudadanos interesados en escuchar al líder de la Colombia Humana, la “plaza llena” fue resultado de una convocatoria promovida por el grupo político de Julián Bedoya. Así, el polémico senador ambientó el ingreso de su grupo al Pacto Histórico, donde seguramente llegará de la mano uno de sus principales aliados, Luis Pérez. Al parecer, solo es cuestión de días para que Pérez ingrese formalmente como precandidato a la consulta del Pacto y se mida como exponente del liberalismo socialdemócrata y el clientelismo tradicional contra Petro, Francia Márquez y Camilo Romero.
Hace cuatro años hubiera sido impensable que personajes del talante de Bedoya o Pérez se adhirieran a Petro, pues su origen en la politiquería y su uribismo no hubieran sido buenas credenciales de entrada; sin embargo, el Petro versión 2022 dista mucho del conocido en 2018, pues en medio de su giro pragmático y en su último intento por llegar a la Casa de Nariño, se viene aliando con los ribetes de la derecha, uribistas rehabilitados y agentes de la politiquería tradicional (que le ayudan a llenar plazas). Al igual que Vargas Lleras, Petro viene coleccionando maquinarias y mostrando fortaleza en eventos públicos organizados por sus nuevos aliados electorales, ¿qué tanto gana o pierde? Eso solo lo sabremos tras concluida la primera vuelta.
