De aquí a 2030, los países del sur global necesitarán cerca de 2 billones de dólares anuales para enfrentar el cambio climático y el sistema financiero actual no ha permitido movilizar los fondos suficientes. Así lo estima un grupo de expertos independientes creado por iniciativa de la ONU.
Para remediar esta situación, han surgido este jueves 22 de junio varias propuestas en el marco de la cumbre para un Nuevo Pacto Financiero Mundial celebrada en París.
El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo ya había citado como ejemplo el canje de deuda por acción climática, para que los fondos normalmente destinados a pagar una deuda nacional sean utilizados para la transición energética.
El presidente de izquierda de Colombia Gustavo Petro propuso por su parte una tasación internacional a las transacciones financieras, mientras que Francia, anfitrión de la cumbre, quiere avanzar hacia una nueva tasa a las emisiones del comercio marítimo.
100.000 millones de dólares de derechos especiales de giro
Otra solución sería canalizar los derechos de giros especiales, es decir una reserva monetaria del Fondo Monetario Internacional para los países más desarrollados. La directora del FMI indicó que 100.000 millones de dólares serán canalizados hacia los países pobres, más vulnerables a los efectos del cambio climático.
Por su parte, el presidente del Banco Mundial aseguró que el organismo ampliará su ayuda internacional con nuevos instrumentos. Se prevé ofrecer una pausa en el pago de la deuda, como "ofrecer una pausa en el pago de la deuda” a los países expuestos a catástrofes climáticas, anunció su presidente, Ajay Banga.
Minuto de silencio
ONG o países fuertemente endeudados piden por su parta una renegociación de las deudas de los países pobres.
La joven activista ugandesa Vanessa Nakate urgió así ante los líderes a observar un minuto de silencio por quienes "sufren hambre, fueron desplazados y abandonaron la escuela" y a cancelar las deudas de ciertos Estados.
En paralelo, en esta primera jornada de cumbre, un grupo de países ricos y de bancos de desarrollo, acordó otorgar a Senegal 2.500 millones de euros de apoyo económico para acelerar su transformación climática, con el objetivo de alzar a 40% la proporción de energías renovables en su consumo eléctrico de aquí a 2030.
