En un acto de magia jurídica digno del mejor prestidigitador, la magistrada Lisseth Ibarra de la Sección Quinta del Consejo de Estado, tomó la sorpresiva medida cautelar de suspender de manera provisional la convocatoria para integrar la terna de la que saldrá el nuevo magistrado de la Corte Constitucional en reemplazo de Alberto Rojas Ríos, quien busca a toda costa, hacerse reintegrar al cargo en la Corte Constitucional.
La decisión tomada por la doctora Ibarra causa sorpresa por la falta de fundamento jurídico y da indicios de atender presiones políticas, en un momento en que las altas cortes están siendo cuestionadas por la opinión pública.
Habrá que recórdarle a la magistrada las sentencias C-379/04 y C-316 de 2002, donde la Corte Constitucional establece que las medidas cautelares son instrumentos con los cuales se protege, de manera provisional y mientras dura el proceso, la integridad de un derecho que es controvertido en ese mismo proceso. Esto descarta su aplicación en un procedimiemto de selección de un candidato para conformar una terna.
El cuestionado Rojas Ríos ha recurrido a cuanta argucia fuere necesaria para anular el fallo que lo dejó por fuera de la corporación a pesar que el mismo tribunal ya le había rechazado otra tutela. Ahora lo ve uno de escritorio en escritorio en el Consejo de Estado procurando sanear el vicio insanable de su elección.