El martes pasado se celebró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, fecha que inaugura los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género. Sin embargo, este año la fecha vino precedida por uno de esos raros momentos en las redes sociales donde salta a la luz pública lo nocivo que son los estereotipos y más cuando se trata del tema de mujeres y tecnología. Me refiero a la tendencia de #FeministBarbieHacker.
Todo empezó cuando Pamela Ribon publicó un artículo en su blog sobre el libro Barbie [I can be…] a computer engineer algo así como: “Barbie [puedo ser] ingeniera de sistemas”. En su artículo, uno puede sentir cómo Pamela va acumulando su molestia, y mientras la leía admito que en mí crecía la indignación.
La historia que propone Mattel se resume en que Barbie está realizando los diseños gráficos para un videojuego, se lo muestra a su hermana Skipper, quien le pregunta si puede probar el juego. Barbie le explica que no porque ella solo hace los dibujos y Steven y Brien, son los que realmente lo programan. Luego, cuando Barbie trata de enviar sus diseños a Steven, su computador se daña por un virus. Barbie le pide el computador prestado a su hermana, coloca su USB de corazón rosa e infecta también el portátil de su hermana que pierde su tarea y su música. Barbie promete arreglar el computador de Skipper. Ya en clase de informática, Barbie pregunta cómo puede recuperar los archivos perdidos y le explican que hay que extraer el disco duro y leerlo desde otro computador que tenga un buen antivirus. Después de clase Barbie se encuentra con sus amigos, Brian y Steven y les dice que necesita recuperar los archivos perdidos. Steven se ofrece a hacerlo diciendo que "será más rápido si Brian y yo ayudamos". Ellos, los chicos, recuperan la información. A la mañana siguiente Barbie le entrega el computador a su hermana quien le agradece que se lo haya arreglado. En clase, Skipper presenta su tarea sobre la persona a la que más admira, que obviamente es su hermana, de la que dice es una gran ingeniera de sistemas. Barbie a su vez, presenta el videojuego que programaron sus amigos y ella diseñó y es tan impresionante que obtiene puntos extra. Al final Barbie salva el día, "con sus impresionantes habilidades con los computadores" y finaliza diciendo con su mejor sonrisa: “Creo que puedo ser una ingeniera de sistemas”.
Como bien lo señala Pamela, este es un libro para niños lleno de los peores estereotipos sobre las mujeres y la tecnología. Barbie solo hace los dibujos de su videojuego, no programa, eso lo hacen los hombres. Barbie daña su computador y el de su hermana y de nuevo, aunque le explican como arreglarlo, ella no lo hace, deja que los hombres lo hagan y al final aunque realmente solo hizo los diseños se queda con los créditos de todo, incluso lo que hicieron sus amigos, la admiración de su hermana y las buenas notas. A nadie le dice que ella no hizo el juego, ni arregló el computador y aún así afirma descaradamente que puede ser una ingeniera de sistemas. Los estereotipos que presenta esta historia son los mismos de siempre, los que reafirman constantemente que las mujeres no pueden con la tecnología, que todo lo dañan y no lo pueden reparar por sí mismas, que necesitan un hombre que haga el trabajo "de verdad" y que para triunfar en la vida las mujeres solo necesitan ser bonitas y sonreír.
Terminé el artículo, lo compartí por Twitter y decidí dejar ahí. Supuse que el tema desaparecería fugazmente, pero no. Tres días después me avisan que Mattel había suspendido la venta del libro en Amazon y que había una versión independiente completamente nueva. Incrédula busqué qué había pasado y mi sorpresa fue en aumento. La nueva versión, un remix no autorizado hecho por Casey Fiesler, me conmovió. En ella Barbie, que ahora es la codesarrolladora del videojuego acepta que el trabajo en equipo es necesario. Ahora Brian es quien hace los dibujos y Stephen tiene un computador rosa. Skipper confiesa que quiere ser física cuando sea grande y ayuda a desarrollar el motor de física del videojuego. Barbie se molesta por ciertos comentarios sexistas de alguien que asume que ella no puede ser desarrolladora por que es mujer y aun así alienta a su hermana a seguir su sueño, porque el sexismo no es una razón para apartarse de su camino y además apunta con justa razón que el mundo necesita más mujeres científicas. Ambas llevan la discusión sobre género a sus clases. Barbie y sus amigos reciben todos puntos extra con los respectivos créditos por su trabajo. Al final Barbie afirma que va a ser una ingeniera de sistemas, le agradece a su profesora diciéndole que espera que clases como la suya alienten a más chicas a estudiar en las áreas de ciencias, matemáticas, ingeniería y tecnología.
Pero mi felicidad no paró con esta versión. Seguí navegando y encontré muchas versiones nuevas, muchísimas. Un amigo me señaló inesperadamente la causa, alguien había creado un sitio que permitía utilizar las imágenes del libro original para sobreponer nuevos textos. En ese punto #FeministHackerBarbie ya era una tendencia y la noticia saltó de las páginas de tecnología a los medios. Pamela lo había logrado. Estos son los verdaderos juegos de niñas, contarles a las otras que los estereotipos pueden romperse al denunciar el problema, mostrar lo inadmisible de esas posturas, generar solidaridades y mostrar alternativas.
@mapisaro
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