Judíos y jeques árabes se alían con Melquíades en 'Cien años de soledad'

Judíos y jeques árabes se alían con Melquíades en 'Cien años de soledad'

Los Gilinsky y sus amigos recuerdan la escena en la que Melquíades y, con su mágico imán, roba calderos y luego el espejito y también da de probar del hielo

Por: Carlos
febrero 17, 2022
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Judíos y jeques árabes se alían con Melquíades en 'Cien años de soledad'

Es un deleite, de una fruición exquisita, apreciar la forma por demás voraz y fluida cómo se van los ricos tras las ganancias que parecen fáciles. Pobrecitos, cómo hacen una fila india aborigen. Es un esperpento de mediocridad admitida en pasta. O de ignorancia de quienes uno creía genios. Se recuerdan aquellas alucinantes escenas probíblicas al comienzo de Cien años de soledad, nuestra novela inmortal, cuando Melquíades llega y, con su mágico imán, roba calderos y luego el espejito y también da de probar del hielo en Macondo y luego…. y luego… hasta ahora.

Melquíades, siempre Melquíades…

Y ahora, ¡Luis Carlos Sarmiento Angulo! Comiendo hielo en Macondo. Cayendo postrado ante las OPAS de Nutresa. Juro que hubiera pagado por ver cada segundo de esa película de avaricia ridícula. Es más, creo que es una historia que debería pasar a ser un alto rating de Netflix en próxima serie. Un pescadito aquí y un tiburón allá… y así sucesivamente. Una trama exótica.

El gran capital colombiano genuflexo vendiendo las riquezas que, de alguna manera han provenido de los contratos sociales y de la construcción social que la sociedad colombiana toda, representada en el esfuerzo de sus trabajadores, ha erigido de la mano de quienes creía les serían fieles interpretes de su realidad, satisfarían sus necesidades y velarían por su soberanía financiera.

Leemos aquí mismito en Las2Orillas. “Los Gilinski arrasaron con su oferta en la primera OPA de Nutresa, en la que ofrecieron casi un 40% más del valor de la acción en Bolsa”. Gilinski, una versión judía de Melquíades. En Macondo…

Hasta Luis Carlos Sarmiento se le doblegó a los Gilinski en Nutresa

Dónde estaría Néstor Humberto Martínez, ¿asesorando? Pero, si esto no es Odebrecht...

¿Y cuál es el tamaño de esta penetración fálica muy típica de alguna versión rediviva de Aureliano Buendía? He aquí el foramen de los hímenes:

"Así ocurrió con Luis Carlos Sarmiento, propietario del Fondo de Pensiones Porvenir, quien sin dudarlo fue el primero de los grandes inversionistas en participar en la OPA al vender su participación. El Grupo Sura, propiedad del GEA, muy a regañadientes se vio forzado a vender toda su participación, hasta diciembre del año pasado tenía 24.564.940. (…)". "Colfondos, controlado mayoritariamente por AF Habitat, empresa afiliada de la Administradora de Fondos de Pensiones Habitat de la Cámara Chilena de la Construcción y el fondo norteamericano Prudential Financial vendió sus 14.967.800 acciones. Igual ocurrió con Skandia, cuyo dueño en América Latina es China Minsheng Investment Group (CMIG), una compañía con sede en Singapur que vendió las 5.130.287 acciones que tenía".

Es decir, arrasó hasta con el nido de la perra. Obsérvese cómo cayeron en cascada. Y claro, uno creía que eran vírgenes.

Pero había otros supuestos hímenes por ahí: “En el caso de la OPA del Grupo Sura paso algo similar. Protección de Sarmiento, tenía 21.304.021acciones (hoy tiene 9.675.445), Colfondos tenía 12.775.244 acciones (hoy no tiene ninguna), Porvenir poseía 47.634.198 acciones (vendió toda su posición) y Skandia tenía 5.274.690 acciones (hoy tiene 420.000). Los cuatro fondos de pensiones tenían cerca 19 % de la propiedad del Grupo Sura y hoy solo quedaron Protección con un 2,06 % y Skandia con un 0,09 %. Acciones, que no se sabe si serán vendidas en la segunda OPA”.

Y es que había quedado claro que todas esas acciones estaban siendo subvaluadas para negarle dividendos a los tenedores de medio pelo para abajo. Y hubo un Gilinski que no comió del cuento. Y los sedujo a punta de espejitos.

Y ahora en las segundas OPAS es cuando se peleará el espacio dominante para apoderarse de las Juntas Directivas. Volaran chirretes de gente supuestamente intocable al zarzo. Aquellos que se creían imbatibles por el solo hecho de ser paisas.

Y ha quedado demostrado, billete compra billete, rico compra a rico. Y no ha pasado nada. Y la soberanía financiera de Colombia dónde está.

Que, ¿qué? Quién osa habla de soberanía financiera dentro del capitalismo. Esa soberanía es solo para los Estados Unidos, los Estados Emiratos del petrodólar, China, Unión Europea.
Los demás agáchense. Un delirio de burguesías vendedoras, Repúblicas Bananeras del pequeño capital. Mercenarios engreídos de engreídas futilidades, de utilidades de pueblos pobres recogidas a diezmos, que luego venden nuestro trabajo y sudor al mejor postor.

Entonces qué nos queda. Gilles Deleuze, en Lógica del sentido, descubre hasta 25 versiones distintas de adscripción del sentido de lo que pudiera ser la burguesía estoica. ¿Cuánto vale en realidad una acción? ¿Quién interpreta el sentido de lo que vale? ¿Qué es lo que se compra y se vende? ¿Qué significa una Junta Directiva en manos de otros? ¿De qué prospectiva ignota hace parte semejante negociación? ¿Hieren de lejos los judíos, como decía Homero de sus héroes, con su interpretación del Talmud?

Nos resta el san Benito de recurrir a otro personaje de Cien años de soledad. Nos queda la esperanza de que Gilinski finalmente apoderado de las juntas directivas funja de Aureliano o algún José Arcadio Buendía, innumerables, y ponga a parir las vacas de a tres y cuatro terneros por preñada y un nuevo Macondo florezca.

Pero ojo a la advertencia del final del libro. Las segundas oportunidades pudieran ser fatales. Un destino de hombres con cola de cerdo se aproxima. En los memes de redes sociales cunde que ya tendríamos un cerdo en la Presidencia, no es mi invención; ¿será que en alguna parte ya se fabrica la cola?

Y bueno, y entonces de aquel señor Luis Carlos otrora cacao, cómo asimila su pírrica y enorme ganancia… Es posible que siga ejerciendo otra función: “José Arcadio Buendía recibió con alborozo al hijo extraviado y lo inició en la búsqueda de la piedra filosofal (…)”.

Notas. La cita última es tomada de Cien años de soledad. El resto es de “Hasta Luis Carlos Sarmiento se le doblegó a los Gilinski en Nutresa”, aparecido aquí mismo en Las2orillas.

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