Los colombianos del Pacífico, están rebotados y con toda razón. Desde la semana anterior los habitantes del Chocó y los de Buenaventura, están en paro cívico general.
Se pierde en el recuerdo histórico las veces que Quibdó y el Chocó han paralizado totalmente sus actividades para conseguir lo que esta fría Bogotá, tal como hoy con la paloma de Santos, Roy, Serpa, Cristo y compañía , les niega y ellos, los chocoanos, se encargan de gastar o traspapelar sin vergüenza alguna. Siempre han sido subestimados por ese criterio racista que ha gobernado a Colombia desde Bogotá o desde Medellín y de una manera absurda, despreciados por sus "primos-hermanos" de Cali, la ciudad donde más negros chocoanos hay en Colombia pero que parecen haber perdido los vínculos con sus tierras ancestrales.
Lo de Buenaventura es más grave porque su oficio en la geopolítica colombiana es demasiado importante y un paro de la magnitud en el que se han propuesto puede resquebrajar estructuras económicas nacionales. Lo consideran tan grave en la Casa de Nariño que desde la semana pasada han desfilado ministros y funcionarios para escuchar siempre la misma queja: “ no nos mientan más”.
Todas estas protestas se han salvado en el pasado
negociando con los líderes y prometiéndoles lo que por desidia
les han negado como aporte para el cambio
Todas estas protestas se han salvado en el pasado negociando con los líderes y prometiéndoles lo que por desidia les han negado como aporte para el cambio. Pero esta vez, como al gobierno de Santos no le cree nadie y al ministro de Medio Ambiente, que representa las negritudes en el gabinete, tampoco le creen, la solución tienen que buscarla con un garante externo al gobierno, con algo más de respaldo al tímido 14 % de este gobierno, y de esta manera se comprometa a vigilar el cumplimiento y quede revestido de poderes especiales para ello. De no hacerlo así, Chocó y Buenaventura pueden ser el comienzo de una protesta nacional y su factura ciudadana, en la que hay maestros, funcionarios del Inpec, y ahora los compatriotas de Chocó y Buenaventura, un coro de colombianos que suman el 80 % que desaprueba al presidente y su gobierno.
En fin, otra horrible noche de esta era Santos se ve venir, un país decidido a pasar a su gobernante al tablero, y este rajado en todas las materias, con una nota de penoso resultado como un gran paro nacional inatajable.