Juan y Jhovany llevaron un día, junto con otro compañero, una carta a la oficina del entonces alcalde de Yarumal, Antioquia, Miguel Ángel Peláez. La carta no decía mucho, solo que querían montar entre los tres un festival de Rock “y mirar si lo podemos hacer en las fiestas del pueblo, nosotros nos encargamos de conseguir las bandas y la administración nos apoya con recursos” decían, y sorpresivamente el alcalde les dijo que sí.
Durante tres años seguidos, Juan Patiño con 22 años y Jhovany Vargas con 21, se encargaron de darle la cuota alternativa a las fiestas del pueblo, llevaron bandas de Medellín y potenciaron las agrupaciones locales. Gestionaron espacios, sonido y convocaron artistas. Siempre han creído en el poder que tiene la música para trasmutar el dolor en esperanza.
Juan es un rasta que toca la batería en Terrenal una banda de metal, y acompaña a la chirimía del pueblo con la percusión. Jhovany se acaba de cortar las rastas, toca la guitarra en Hypersound una banda de post grunge y también acompaña con semillas y percusión a la chirimía. Para ellos no existe límites en la música y mucho menos estereotipos, es más, ese es uno de sus principios como lideres; romper con las apariencias destructivas con las que definen a los jóvenes.
En este momento ambos son líderes de RedAcción de Paz, la red de jóvenes constructores de paz de Fundación Mi Sangre y a través de ella están liderando el proyecto Sonidos de Reconciliación, con el que quieren que la palabra reconciliarse se convierta en un verbo activo en la vida diaria del municipio, además de llenarla de melodías y ponerle un ritmo que se le pegue a todos en el país.
“Pienso que por medio de la cultura se incrementa la inclusión social, además es una bonita manera de fomentar la convivencia y el patrimonio cultural de nuestro territorio”, cuenta Jhovany. Ambos jóvenes lograron reunir cerca de 10 artistas locales que compusieron y grabaron de manera colectiva la canción oficial de Sonidos de Reconciliación. Hace solo cuatro día publicaron el video en Youtube y ya tienen más de mil reproducciones.
Los dos siguen gestionando recursos para darle continuidad al proyecto que consta de tres momentos: 1. Pre-concierto, donde se realizará un festival de cine con películas alusivas a la reconciliación, 2. Un concierto con artistas locales y nacionales y 3. Un pos-concierto donde se evaluará de manera colectiva el proyecto. Ellos sueñan con “institucionalizar esta iniciativa para poder celebrar la reconciliación cada año. Creemos que esto es una puerta para que se instale la paz en el municipio”, concluye Jhovany.