Confieso que no me gustan las reelecciones, porque entre otros vicios, defectos y consecuencias que trae para la institucionalidad, también le quitan dinamismo a una fiesta democrática y la convierte en una simple celebración de intereses privados.
Pero ¿Existía alguna otra salida democrática? ¿Había más posibilidades, en el momento coyuntural de esta campaña presidencial? En un debate único, ¿Sería posible evadir la reelección bajo la condición de “una paz imperfecta o una guerra perpetua”? Son preguntas que muy probablemente llenaron de pánico al electorado y condujeron a la decisión de reelección.
Ahora bien, digo, que las reelecciones ostentan el atributo de aburridas, porque como dije antes, le quitan dinamismo a la democracia. Es un resultado anticipado: ya se sabe cómo van a quedar las cosas y cómo van a continuar. No obstante, se cae en el peligro de desincentivar al votante de dirigirse a las urnas; de buscar como opción la abstención y, eso, en una democracia no es viable porque la lleva al deterioro continuo, a trasegar toda posibilidad de desarrollo y evolución como Nación.
Un ejemplo claro es que, según la registraduría, de 32.975.158 millones potencial de sufragantes, sólo 15.794.940 millones de colombianos salieron a votar. Las cuentas indican que de los más de treinta y dos millones de ciudadanos habilitados para decidir una democracia más próspera, más efectiva y legítima, sólo el 47.89% (en otras palabras un poco menos de la mitad) definieron parcialmente el futuro del país. Es decir que el 23.70% votaron por Juan Manuel Santos y el 20.94% votaron por Oscar Iván Zuluaga; mientras que un 1.88% votó en blanco y, el restante, un 1,22% y 0.15% fueron votos nulos o tarjetones no marcados, respectivamente.
En conclusión, palabras más palabras menos, es increíble que para los 47.6 millones de colombianos (según cifras del DANE), para este 2014 resulten eligiendo presidente sólo 7.816.986 millones de personas ¿Puede creerlo? Sólo un poco más de la quinta parte del país ha determinado el rumbo de todos ¡Absolutamente todos! Si usted, por pura casualidad se preguntó ¿Por qué Colombia eligió a los dos peores candidatos en primera vuelta? Pero si se quiere ver en forma de proporciones, es como si la parte amarilla que se muestra en la gráfica haya elegido el gobierno para todos.
Eso hay que cambiarlo. No podemos continuar en ver el voto como algo que nos deben. Todo aquel ciudadano en Colombia que es mayor de edad tiene la responsabilidad de cumplir con algo que es un derecho y un deber ¡Hay que Cambiar esa cultura! Recuerde que, cuando usted nunca va a votar, no es el país el que le debe a usted, es usted el que le debe al país.
Finalmente, hoy puedo decir que la responsabilidad democrática de mi país, ya sea para bien o para mal, la he asumido yo. He ejercido mi sagradísimo derecho al voto. La única ganancia es la de mi conciencia por salir a ejercer, no solo, algo que debería ser un derecho y deber, sino una obligación. Me siento complacido por los colombianos que salimos a votar; también, por aquel puñado de personas que logró entender, en definitiva, que para esta ocasión ya no era voluntad de partidos políticos, sino que, necesitó de la voluntad política ciudadana. Aunque, aún lamentando que no se tenga conciencia sobre la importancia de salir a las urnas, felicito también a aquellos que salieron a votar en blanco, y vieron que la solución y la posibilidad no es la abstención. Sin embrago, es de tener en cuenta que persiste la abstención, ya que esta vez alcanzó los 52.11% de las personas habilitadas para votar.
Apostilla:
Si aquel abstencionista siente que algo se ha perdido, solo vale decir que ese voto, el que usted le dejó de dar a la democracia, esa era la posibilidad que hubiera hecho la diferencia: es la cereza que le falta al postre. En el mismo sentido, tenga en cuenta que, señor abstencionista, no ir a sufragar por pereza, porque no me quedó tiempo, porque no me va afectar a mí, porque no hay más opciones, etc, etc… esa es la acción que más le ha hecho daño a nuestra Nación en los últimos años ¿Entonces por qué no salió a votar el día de elecciones?
¡Déjese de excusas tontas! Eso no sirve. Así que, a la próxima, le aconsejo que si tiene cédula y puede sufragar no sea indiferente. Vote por quien quiera, vote en blanco ¡Pero vote!
En twitter: @Alonrop