Juan Carlos Ortiz caminaba por Miami, y tenía que soportar fotos y entrevistas. Era uno de los publicistas más famosos del mundo en el 2015 y estaba en el pico de su carrera: después de ganarse dos veces el León de Oro de Cannes, ese año lo invitaron como presidente del jurado del mismo concurso, que es el Oscar de la publicidad.
A comienzos del 2018 lo llamaron en nombre de Iván Duque para invitarlo a ser el publicista oficial de la campaña del Centro Democrático a la Presidencia de la República. Ortiz dijo que sí, y desde entonces ha estado detrás de la estrategia para seducir colombianos.
Su clave: mostrar un Iván Duque que una, que se aleje de la polarización. El eslogan ha sido “lo que nos une” en donde dice por qué sería él el hombre de la mesura. Dentro de esta sombrilla también se ha impulsado una campaña contra algunas críticas: “#SolucionesNoAgresiones”. Si bien ha trabajado mucho por fuera del país, Ortiz sabe cómo se maneja la política en el país.
Nació y estudió en Bogotá. Incluso, adrede, reprobó sexto de bachillerato. Según él mismo, “era la hueva del curso”, nunca había tenido novia y a los 16 años sintió que no estaba listo para entrar a la universidad. Sus papás lo respaldaron para repetir el año, y así maduró un poco más antes de irse a estudiar a la Universidad Javeriana comunicación social. Su interés se dividió: la publicidad y la literatura.
Cuando se convirtió en un gurú de la publicidad - sobre todo después de ganarse el premio del León de Oro de Cannes por un trabajo en 1998 - comenzó a vivir más en aeropuertos y aviones y encontró la excusa para mezclar ambas obsesiones: desde un celular Blackberry escribió Cortos, su primer libro, y luego sacó la segunda versión, Cortos ½.
Perfiles de él han escrito casi todos los medios, y está en la recopilación de perfiles de 10 colombianos excepcionales. El suyo lo escribió Virginia Mayer, y sale reseñado en el libro junto a Fernando Botero, Leo Katz y Mario Hernández.
Su primer trabajo fue en Leo Burnett, donde comenzó de publicista raso, pero logró llegar hasta gerente general. Después de ganarse el premio por el famoso comercial - que hizo para la Presidencia en 1998 - de un señor inhalando caspa como si fuera coca, su carrera despegó hasta que lo contrató DDB, una de las más grandes empresas del mundo: lo encargaron para dirigir las operaciones en Latinoamérica.
Pero en el 2014 lo nombraron Director Creativo para Norteamérica, lo que le dio asiento en el consejo que maneja las riendas de DDB. Ya no era una promesa más, sino que pasó a tener la voz y voto de un publicista consagrado.
En septiembre del 2017 estuvo en Cartagena Inspira hablando de las nuevas maneras de contar historias que se han generado con los celulares. Esa vez vino como publicista y ponente, pero desde enero del 2018, se convirtió en el estratega estrella en la publicidad de Iván Duque.