Según la Cepal alrededor de 85 millones de personas en América Latina y el Caribe se encuentran en situación de pobreza extrema producto de la pandemia.
En el caso particular de Colombia, pese a la disminución en comparación con el año anterior, en el año 2021 alrededor de 6,1 millones de colombianos son pobres según el DANE, lo que representa retos para el país.
Para contribuir a superar las dificultades económicas de los hogares colombianos es importante el papel que cumplen las organizaciones no gubernamentales, cuyos programas e iniciativas están permeadas por la creación de impacto social en aras de incentivar el emprendimiento, las habilidades laborales u otras actividades que empoderan a las personas.
En las últimas décadas, la visión sobre retorno se ha transformado a nivel global, para incluir los resultados sociales y ambientales dentro de las evaluaciones de desempeño.
Son entonces las organizaciones de impacto quienes enfatizan el desarrollo de soluciones eficientes, asequibles, rentables, tienen la capacidad y el interés para investigar y comprender los problemas sociales, y de convertirse en agentes de cambio.
Los jóvenes, que son el presente y el futuro del país, se han caracterizado por una voz activa y constante que crea grandes cosas como es el caso de Junior Chamber International (JCI), una organización mundial con más de 100 años de existencia y que en Colombia lleva alrededor de 65 años contribuyendo activamente al aporte de soluciones y alternativas que han impactado el país.
La JCI (Cámara Junior Internacional) ha sido una organización relevante, aportando soluciones de impacto social por medio de cuatro áreas de acción: negocios y emprendimiento, desarrollo personal y profesional, cooperación internacional y acción en comunidad.
Ha participado en grandes conversaciones de país, en cooperación internacional, es parte fundamental del crecimiento de emprendimientos de mucho renombre. En este momento, después del COVID, decidió enfocarse en tres áreas específicas: la reconstrucción de la economía, desarrollo de la fuerza laboral y salud mental.
Julián Rodríguez, presidente nacional de JCI, comenta que “si podemos atacar estos tres dominós, la mayoría de los problemas como sociedad se pueden ir disminuyendo. Si las empresas se reactivan, hay más trabajo; desarrollar habilidades blandas para el desarrollo profesional hace la diferencia, así como trabajar por la salud mental para disminuir las secuelas de la pandemia, ya sea por temas económicos o sociales”.
Y es que Colombia está en posiciones prometedoras para el ecosistema emprendedor. De acuerdo con métricas de estudios y reportes internacionales, tal como el emitido en abril de 2022 por el Foro Económico Mundial de la mano del Global Entrepreneurship Monitor, Colombia es el país con mejores condiciones para emprender en Latinoamérica y el No. 25 a nivel mundial.
Sin lugar a duda, los jóvenes serán nuestros agentes de cambio, solo debemos generar oportunidades.
¿Qué dicen ustedes?