Como un intento por mostrar que Cúcuta es una ciudad pujante, con vida propia y combatir el estigma de que allá solo se vive de contrabando, surge GARTDILAND, una feria de gastronomía, diseño y arte cuya primera versión tuvo lugar durante el sábado y domingo del pasado fin de semana en el Centro Comercial Bolívar.
La idea de Carlos Gutiérrez y Andrea Muñoz –creadores de la iniciativa- surge porque según ellos Cúcuta está muy encerrada y depende mucho de Venezuela por lo cual ya casi no hay comercio propio en la ciudad así como también un miedo a hacer empresa. “En todo el país se hacen estas ferias y les va muy bien. Aquí no se hace porque no existe esa cultura por falta de sentido de pertenencia. Por eso, arrancamos con esta iniciativa para apoyar a estas empresas y que la gente empiece a ver cosas diferentes”. Dice Andrea.
Representantes de 40 empresas que utilizaban las redes sociales como herramienta para darse a conocer participaron en la primera versión de esta feria que aspira a repetirse en futuras ocasiones. Aquí una pequeña muestra de lo que fue: