Luego de su fallida muerte el 29 de diciembre de 2022, Jotamario Arbeláez ha retornado con mayores bríos a vagabundear por la poesía, a brindar con vino y desafiar a la ´pelona´, caminando pausado y riendo como niño inquieto, para hacernos sentir que vive entre nosotros.
Recuerden que Gonzalo Arango, cuando presentó a Jota, por allá en los sesenta, decía: “Les presento a Jotamario, no un poeta cualquiera, sino el más joven gigoló de la poesía colombiana” y luego lanza una oración lapidaria:
“¡Colombia ha perdido un sastre, pero ha ganado un poeta!”.
Tal vez lleva consigo esa tarea de su padre, el sastre Jesús Arbeláez, quien cosía telas, paños, trajes, pero Jotamario va cosiendo amistades, amores, letras, poesía.
Ya desde entonces Jota ha sido el poeta que no solo hace poesía sino que la vive, que es distinto, a lo que hacen muchos de los vates nuestros. Su obra se ha consolidado con probada solvencia.
Fue gracias al arquitecto Francisco “Pacho” Ramírez, quien, en su paso por la dirección editorial de la Universidad del Valle, quien publicó el compendio poético de toda su obra titulada: “Mi reino por este mundo- los poemas de la vida- “, cuya carátula es bellamente provocadora.
Se trata del poeta coronado de laurel en una bañera, su mano izquierda sobre su sexo, y féminas piernas insinuantes lo abrazan, los pies de ella tocan suavemente sus costados. La mujer entera no se ve, solo esas piernas insinúan lo que allí puede ocurrir. Si es que ya no había sucedido.
Ah, pero Jota, que le ha dado por escribir y meditar alrededor de la muerte de forma obsesiva, no podía dejar de lado ese pensamiento e instaló dos cuervos vigilantes a la orilla de la bañera, atentos a cualquier movimiento o quietud de los cuerpos, para caerles en picada.
Lo que hay en la escena, lo ha descrito siempre Jota -inmejorablemente-, en su poesía. Porque, al decir de Edgar Collazos, parte de la poesía de Jotamario es poesía erótica.
Prueba de una obra poética sólida es la publicación referida que, en las ferias del libro ha obtenido excelente circulación y debería estar en todas las bibliotecas públicas del país, en las casas de la cultura, en los colegios, de tal modo que los jóvenes se aproximen a las letras sin temor alguno, porque la poesía de Jotamario es eso: una seducción.
El fondo de cultura económica igualmente ha publicado su obra poética, también en una bella e impecable edición, muy al estilo de esa casa editorial. Y está circulando en las librerías del país, y qué mejor ahora que en el festival “Oiga, mire, lea” en Cali, se adquieran estas obras para el deleite del pensamiento, de la estética, de lo bello, lo sutil, del aprendizaje de las palabras y saber que la poesía está en cualquier momento de la vida, como nos enseña Jota:
“Esta mesa donde mi padre ha parido tantos pantalones de paño/ ha sentido sobre su lomo también correr mis palabras absurdas, / desde cuando él se iluminaba con una lámpara Coleman hasta ahora que yo la profano con mis babas intelectuales/. Sus gavetas inmemoriales aún sirven para guardar las tijeras, / metros de setenta centímetros, libretas con medidas de clientes que hoy tendrán hijos con las mismas, / muestrarios de paños ingleses anteriores a la invención de la moda, /y las grietas de su madera con tiza en polvo se han llenado.”
En fin, es la poesía de lo elemental: “ quien da la mano da lo mejor de sí…”, de la calle: “ Yo estaba parado en una esquina esperando al jíbaro/ cuando vi pasar lo más bello que se ha hecho en la tierra con tejidos humanos de la mano de su mamá…”; de la pelota pivoteando que quiebra un espejo de su casa “Esta mañana se quebró el espejo de la cómoda donde siete generaciones de Arbeláez se miraron la malacara…”, de la niña que regresa del colegio “… la niña sabe que hay un cinco rayado en mitad de sus piernas/ un coño bien calificado/ El honroso diploma / con el cual se gradúa/ profesional en el amor…”; de la guerra y después de la guerra, del amor y el desamor.
Esa es la poesía de Jotamario que, en buenahora, se le celebra en Cali por estas calendas en un sentido homenaje al que acudiremos sus amigos, y que confiamos sea uno de tantos, antes de que los cuervos de la bañera, hagan de las suyas.
¡Ah! quedará también un registro fílmico que se está rodando y que será muestra de lo mucho que el Valle del Cauca y sus amigos, le queremos.
