Hace unos días tuvimos que despedirnos de José Félix Patiño. Dado que, como rector de la Universidad Nacional de Colombia, dejó un legado importantísimo para la estructura de la universidad pública en Colombia, dedico esta columna a ese gran pensador. En una época turbulenta, el profesor Patiño tomó las riendas de la rectoría de la mencionada institución y lideró a un equipo que reestructuró conceptualmente el modelo de universidad pública, proyectándola a ser un centro de pensamiento y reflexión para la construcción de una nación sustentada en el conocimiento.
En ese sentido, retomo las palabras que mencionó en el 2015: “Uno no va a la Universidad a cumplir un currículum para obtener un diploma y ganarse la vida. Uno va a la Universidad a tener una vivencia, a vivir en un ambiente de inquietud intelectual, de creación del conocimiento, de discusión de ideas, de reflexión.” Esa frase ayuda a entender el profundo cambio que él lideró en la década de los 60s cuando aceptó ser rector de la Universidad Nacional.
Antes de la llegada de Patiño Restrepo a dicha universidad, la situación de violencia en la Ciudad Universitaria era tan extrema que, por la explosión de una bomba en la rectoría, el entonces rector Hernando Morales Molina había renunciado. A su llegada, mencionó que pese a la existencia de 27 Facultades y 32 carreras, el enfoque académico de los estudiantes era recibir clases para optar a un título. La estructura institucional no permitía que existiera una verdadera vida universitaria en donde la reflexión y el análisis, más allá de las disciplinas, predominaran.
La reforma de Patiño a la Universidad Nacional tuvo, entre otros, un componente estructural y otro coyuntural. El primero, permitió un cambio profundo en su estructura orgánica: empoderó de lo académico al Consejo Académico quitándole obligaciones de dirigencia, que quedaron en manos del rector y del consejo Superior. El segundo punto fue la búsqueda de espacios de bienestar universitario para que el campus se convirtiera en un lugar propicio para la convivencia entre alumnos, docentes y trabajadores. Para ello, se revivieron los carnavales universitarios, las reinas de belleza por facultad y los equipos deportivos universitarios.
Bajo un ambiente de diálogo entre los diferentes actores, la situación de violencia fue disminuyendo y, poco a poco, la comunidad universitaria fue logrando una buena convivencia . Esta reforma con elementos estructurales y coyunturales le ha permitido a la Universidad Nacional transmitir un mensaje, entre las demás universidades de Colombia, de:
● Proyectar la formación de ciudadanos más allá de simples profesionales.
● Proponer reflexiones más allá de cumplir un currículum.
● Exigir herramientas de fortalecer su conocimiento, más allá de obtener un diploma.
● Vivir en un ambiente de inquietud intelectual, más allá de ser llamados profesionales.
La generosidad de José Félix Patiño no se limitó a su labor como rector de la Univesidad Nacional, pues, ante la adversidad de haber vivido la muerte temprana de su hija Lucía, él y su familia crearon la Beca Lucía Patiño, con la que varios estudiantes de Derecho de la Universidad de los Andes pudimos terminar la carrera.
Su partida me obliga a compartir la admiración y reconocimiento que tengo del Profesor José Félix Patiño, por sus aportes a la educación superior y a la investigación científica en Colombia. Su ejemplo de proyectar reformas con pilares institucionales y coyunturales y de ayudar a través de becas a las futuras generaciones, deben convertirse en un ejemplo para nosotros.
Finalmente, desde la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia, agradecemos el gran aporte desinteresado y generoso que dio el Profesor José Félix Patiño Restrepo en los años 90s a su Junta Directiva.
NOTA: Parte de la información sobre la Reforma Patiño fue extraída de: Reforma Patiño 50 años (Universidad Nacional de Colombia)
