El reconocido abogado con experticia financiera José Elías Melo fue durante años uno de los hombres de confianza de Luis Carlos Sarmiento, quien lo promoción a la presidencia de Corficolombiana, el megafondo de inversión de Sarmiento orientado principalmente a proyectos de infraestructura. Por tener esta responsabilidad y con Luis Carlos Sarmiento jr. como presidente de su junta directiva, Melo terminó enredado y comprometido con el escándalo de Oderbrecht y es quizá el más alto directivo del sector privado vinculado judicialmente con la corrupción de la construcción de la Ruta del sol en la que los brasileros de Oderbrecht eran sus principales socios. Fue condenado a once años de prisión.
Lo irónico del caso es que por los mismos días en que José Elías Melo, era enviado a La Picota, su contraparte el brasileño Luiz Antonio Bueno Junior en el consorcio colombo-brasilero liderado por Oderbrecht para construir el segundo tramo de la Ruta del Sol, conseguía su inmunidad judicial mediante un acuerdo con Estados Unidos.
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El nombre de Melo recobra figuración porque la procuradora general de la Nación, Margarita Cabello Blanco, acaba de pedirle a la Corte Suprema que le confirme la pena por su presunta participación en el círculo de sobornos que rodeó a la multinacional a su paso por Colombia.
Bueno Junior se refugia en un cómodo anonimato después de haberse comprometido ante el Tribunal del Distrito Este de Nueva York a cumplir su parte en un acuerdo de cooperación judicial que sus jefes firmaron con el Departamento de Justicia.
La historia judicial de Melo, guiada por los hilos de la trama Odebrecht desde 2016, está narrada en el expediente 58953 estudiado por la Sala Penal de la Corte para determinar si confirma o revocada la condena en su contra. La de Bueno Junior se hace inaccesible por la férrea reserva que protege el desarrollo del acuerdo que está radicado con el larguísimo código de Plea agreement WMP/DK:5N/AS F #2016R00709.
En las historias personales de ambos hay también enormes contrastes. Abogado y especialista en Derecho Económico, Melo ha sido secretario de la Junta Monetaria del Banco de la República, viceministro de Hacienda, superintendente de bancario, ministro de Trabajo y, hasta antes de irse a dirigir una empresa gasífera en Perú, era uno de los ejecutivos más destacados de la organización Sarmiento Angulo.
Bueno Junior es un administrador de carrera que se ocupó de moverse por América Latina como superintendente de Odebrecht, denominación que la firma de la daba a quienes dependían de su división de servicios estructurados, nombre pomposo que escondía su real misión: pagar coimas a diestra y siniestra para asegurar los más grandes contratos de infraestructura.
La cuerda binacional del caso se rompió por el lado más delegado, el colombiano. Los funcionarios y ejecutivos colombianos enfrentaron abiertamente los cargos que también llevaron a la condena de Gabriel Ignacio García, viceministro de Transporte cuando el negocio del segundo tramo de la Ruta del Sol fue adjudicado a un consorcio en el que Odebrecht tenía el 62%, Corficolombiana el 33% y el resto el Grupo Solarte.
García confesó haber recibido a cambio de la adjudicación una comisión de $6,5 millones. Melo fue condenado por los delitos de interés indebido en la celebración de contratos y cohecho en calidad de coautor, pues de acuerdo con el concepto de la Procuraduría se enteró y consintió el soborno. Si la condena es confirmada no tendrá derecho a purgarla en su casa por el monto de la pena.
Aun hoy no se sabe con certeza hasta donde ha llegado a la colaboración de los ejecutivos brasileros de Odebrecht, requeridos por las justicias de Colombia, Perú, Ecuador y otros países. Las autoridades de Brasil condicionaron su colaboración al hecho de que los interesados garanticen que respetarán la inmunidad de sus nacionales.
El destino de Melo es por ahora la cárcel, el de Bueno Junior es desconocido, aunque luego de su firma del acuerdo se movió tranquilo en Estados Unidos.