¿Que te piden la renuncia?
Eso es el colmo señor Pretelt, ¿cómo así que renunciar?, cuando tenemos en la memoria el caso de Samper Pizano quien por asuntos mil veces peores siguió siendo presidente de la República como si nada hubiera ocurrido, como si hubiera pasado por su campaña un elefante sin espaldas y hoy lleva glorioso el doctor Ernesto la banda que lo designa como presidente de una cosa que llaman Unasur que, como siempre, de nada sirve.
La campaña de Samper recibió platas a diestra y siniestra de las mafias del cartel de Cali para cimentar su camino presidencial, en sucias bolsas de basura, y nada le ocurrió, nada, ni siquiera el puñetazo dado por cualquier ciudadano ofendido tal como acaba de ocurrir en Pontevedra con el presidente del gobierno español Mariano Rajoy, quien como máximo ha sido un mal presidente pero jamás fue tan sucio como nuestro dignatario.
¿Y tú qué hiciste? Pues nada, acometiste la inocente labor que hacen los hombres públicos que no consiste en nada diferente a recibir dineros generosos para hacer esto o aquello bajo cuerda y a escondidas o lo que llaman vulgarmente corrupción (hay que anotar el “supuestamente” para no caer en los moldes del código penal por injurias y calumnias). Tú recibiste (supuestamente…) esas platas cuando en el mundo político nacional es regla hacer eso porque, dime tú, ¿quien es capaz de sobrevivir con esos miserables sueldos que da el poco generoso estado colombiano?
Tu sigue en tu posición Jorge, no renuncies que eso de renunciar imagino que debe ser cosa de cobardes y flojos, sigue en tu puesto de magistrado de la Corte Constitucional que lo que ha ocurrido no es nada, tan solo que la ineficiente Cámara de Representantes (la misma que “juzgó” al señor Samper, imagínate…) como que te acusa ante el Senado (… ¡el Senado, ja!).
En este país de chiste ante la corrupción, en donde nadie te mira feo por lo que hiciste (supuestamente) y menos ningún ofendido se atreverá a darte un puñetazo en la cara, debes anclarte en tu puesto y seguir en tus andadas. Como un varón.
Bien lo dijo Fernando Guillén Martínez en su El poder político en Colombia, libro que harías bien en ojear, sobre todo en su tesis central que afirma algo así como que la encomienda de La Colonia ha quedado establecida por estos lugares como la forma más eficaz de ejercer el poder.
Tú tranquilo, sé feliz, que como bien lo dijo Groucho Marx, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna y, ante todo, siguiendo los pensamientos del mismo Marx, debes tener presente que el secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio, y si puedes simular eso, lo has conseguido.
Tú tranquilo magistrado, que la patria debe estar muy orgullosa de tu actuar.
… y hablando de…
Y hablando de poder y dinero, entristece saber que las Farc no tienen con qué reparar a las víctimas de lo que llaman el conflicto, según dijo el mismísimo Iván Márquez, como que no tienen un peso, y entristece ya que con ello se confirma que eso de meterse en el negocio de las drogas y la extorsión y el chantaje no es rentable. Pobres muchachos esos de las Farc, debería el gobierno pensar en meter un cuatro por mil para ayudarles en sus tristes finanzas.