Le llaman ‘el chatarrero’ porque cuando manejaba el consorcio encargado de la construcción de los principales escenarios para los Juegos Nacionales de Ibagué en 2015, solía contratar con ferreterías de la ciudad la compra de millonarios materiales que nunca pagó y que luego revendió al menudeo.
A Jorge Alexander Pérez Torres le tuvo sin cuidado el remoquete y tampoco le importó incumplir los compromisos adquiridos con la justicia cuando, luego de quedar en evidencia, anunció una confesión plena sobre el saqueo de los recursos que llevaron al colapso a las justas deportivas, se limitó a delatar al exalcalde Luis H. Rodríguez y luego se retractó sobre sus propias culpas.
Cuando ya era procesado, en medio de dilatados tramites que en 2021 le permitieron quedar en libertad condicional, ‘el Chatarrero’ y su esposa, Olga Lucía Méndez se hicieron al control de la firma Boylam Concretos y Cementos que les fue vendida por Óscar Berbeo, actual secretario de Movilidad de Ibagué.
La Fiscalía encontró que al día siguiente de su excarcelación Pérez inició una serie de viajes a Panamá y luego estableció que hizo giros hacia ese país por más de $700 millones. La cifra del enriquecimiento ilícito que le fue imputado luego dejar abandonados los escenarios deportivos se acerca a los $4.000 millones y hay evidencias de que utilizó el istmo para blanquear esos activos.
Otra empresa utilizada por su empresa criminal ha sido Almodena S.A.S., cuya nómina era cubierta con los anticipos de los contratos. Con el tiempo quedó claro que ‘el Chatarrero’ contrataba consigo mismo y se desplomó su fachada.
El 30 de marzo de 2023 fue recapturado y ahora deberá responder también por el delito de lavado de activos.
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