Con el recipiente con cianuro encontrado el pasado fin de semana en custodia de la Fiscalía, por los investigadores del CTI se lo entregaron a Medicina Legal para que en su laboratorio se analizaran las huellas dejadas en el frasco. Medicina Legal tenia el ADN de Jorge Enrique Pizano que pudo ser cotejado. Este coincidía, con lo cual podría inferirse que el ingeniero Pizano habría manipulado la bolsa con el polvo.
En la bolsa con el material quimico que puede tener distintos usos industriales y cuya venta no esta controlada, pero que también puede ser un veneno letal, apareció el laboratorio donde éste fue comprado en Bogotá.. Desde el pasado 1 de agosto hasta la fecha se han vendido doce unidades. En el registro apenas la mitad de las compras dejaron patentado la persona que los compró.
En la necropsia del cuerpo de Pizano realizada por Medicina Legal en el hospital de Facatativa a donde fue conducido y donde falleció, los tejidos que guardaron de Pizano antes de ser cremado no mostraron huellas de cianuro en el orgnismo. La causa de la muerte fue, según el dictamen, fue un infarto en el miocardio. Ese diagnóstico no ha sido revaluado.
La revelación de este martes 20 de noviembre anunciada por el director de la entidad, Carlos Valdés, plantearía una nueva hipótesis, apartir de la posible manipulacion del tarro de cianuro. Por un lado que él tenia conocimiento de su existencia y de otro que podría haber estado entre sus planes utilizarlo.
El paso siguiente en la investigación será determinar si en la botella de la que bebió su hijo, el arquitecto Alejandro Pizano, que entró en cadena de custodia desde el mismo domingo 11 de noviembre, quedaron también impregandas las huellas del ingeniero. El ADN lo dirá.