La crisis política por la que actualmente atraviesa el país toca todas las fibras de la institucionalidad nacional. El Congreso de la República es tal vez uno de los estamentos del Estado colombiano con menos credibilidad al interior de la sociedad. Sin embargo, cuando analizamos los diferentes casos que han desfigurado la imagen del otrora honorable Congreso de la República, vemos cómo son cacicazgos electorales íntimamente relacionados o surgidos de la vetusta élite nacional, por lo general, aquella centralizada en las capitales de los diferentes departamentos. Es así como la clase política colombiana está dividida en dos tipos de élite según su origen y de igual forma gobiernan: la élite rural, con grandes extensiones de tierra, cultivos y ganado, y la élite tradicional, conformada por industriales y burgueses, miembros de las tradicionales 5 o 6 familias capitalinas.
Pero en los últimos años se ha dado un fenómeno particular, aunque bastante minoritario y es la irrupción de un nuevo sector de la política con incidencia nacional pero con un origen bastante regional, y son aquellas nuevas figuras que llegan al Congreso por dos diferentes circunstancias al poder económico de las élites. Una, por voto de opinión dada su trayectoria en diferentes ámbitos del acontecer diario de la sociedad, y la otra porque a punta de tenacidad, esfuerzo y arduo trabajo social, desde las bases, logran ganarse un espacio en la actividad política, de la mano, por lo general, de los Partidos Políticos tradicionales con los cuales se identifican, no por interés y conveniencia, sino realmente por convicción e identidad ideológica. Este es el caso del Representante a la Cámara John Jairo Roldán Avendaño, quien viniendo de una humilde familia antioqueña, tradicional en sus costumbres, logró abrirse espacio a empellones de sudor y sacrificio personal y profesional.
John Jairo Roldán nace en el municipio de Yarumal, en el norte de Antioquia, tierra con vocación de leche y ganado, aunque una tierra tradicionalmente goda, tal vez debido al frío de su clima que termina influyendo en la rigidez del conservadurismo. Y es que en esa tierra de influencia de Monseñor Miguel Angel Builes, aquel desasosiego de liberales en la época de La Violencia y asesor de primer orden de Laureano Gómez, Roldan hace parte de esa minoría liberal. A sus nueve años, su familia se traslada a la Ciudad de Bello en Antioquia, también tradicionalmente conservadora, tierra al fin y al cabo de Marco Fidel Suárez. Roldán, como muchos jóvenes de las clases media y baja en este país, entiende que la mejor opción de movilidad social que tiene es “el estudio” tan inculcado en el seno de su familia. Es así como en la Universidad Nacional se gradúa de Ingeniero Civil y comienza a combinar su formación profesional con la vena política de su hermano Manuel Roldán Avendaño, quien fuere Diputado a la Asamblea de Antioquia.
Y el primer peldaño que logra escalar es cuando es nombrado Secretario de Obras Públicas de su municipio adoptivo Bello, y allí, a punta de tenacidad, dedicación y entrega a la comunidad, es reconocida su labor al frente de diferentes dependencias del municipio por varios periodos. Ya su figura despunta al interior de su partido, en gran medida, por la aceptación social y el carisma que lo caracteriza; distante de tendencias regionalistas, por el contrario, respetuoso de la institucionalidad, las libertades individuales y colectivas y por los derechos de los demás, en síntesis, un verdadero liberal hecho al interior de las propias bases liberales del departamento. Pierde dos veces la Alcaldía de Bello pero logra ser uno de los Representantes más votados en Antioquia por el Partido Liberal y el crecimiento electoral de su equipo político queda evidenciado cuando su fórmula a la Asamblea en el año 2015, logra la mayor votación para esta corporación con más de 43 mil votos, casi los votos para Senado en este departamento.
En el Congreso se mueve como pez en el agua, defendiendo y enarbolando las banderas de su partido, desde la identidad e ideario liberal, conociendo y defendiendo los intereses de su región, haciéndole honor a la magistratura que lo enviste como Representante por Antioquia. Su poder electoral lo ha construido con tesón y trabajo desde y con las comunidades, sin ejercer presión alguna a través de dominios territoriales, al mejor estilo del tradicional gamonal, no, sus votos han ido creciendo a la par que su trabajo en el Congreso y la voz a voz de su carisma, pero además de su seriedad y cumplimiento, le ha generado importantes réditos a lo largo de su departamento.
En John Jairo Roldán se observa claramente la diferencias entre el político tradicional de la élite rural o tradicional, del nuevo político regional surgido de la propia comunidad. Es uno de los coautores de la Ley de pago de horas nocturnas y dominicales a los trabajadores colombianos, además de impulsar y defender una serie de medidas y leyes que están encaminadas a fortalecer en algo la calidad de vida de las clases menos favorecidas del país y respaldar, como otrora lo hiciera Gaitán, a la clase trabajadora, el motor económico del país.