Era usual ver a John Claro caminar por los corredores de la Universidad Industrial de Santander a finales de los años noventa. No tenía 40 años y ya era una leyenda, uno de los alumnos más aventajados del maestro Blas Emilio Ateortúa. Todos sabían que John Claro era el creador de Música para pie izquierdo, el equivalente colombiano a los Les Luthiers. Hacer música con humor. Protestar a través de canciones. Algo que en Colombia puede ser muy peligroso. Levantar la voz es lo que ha hecho este ocañero, hijo de un finquero de La Playa, Norte de Santander, que llegó a Bucaramanga en 1961, cuando tenía un año. Hizo el bachillerato en el colegio Santander, vecino de la UIS, el lugar donde estudió el bachillerato Fabio Vásquez, fundador del ELN y por cuyas aulas también pasó Antonio García, actual comandante del COCE. Un colegio con fama de rebelde y en el que John Claro dio sus primeras luchas contra el orden establecido poniendo el cuerpo en las míticas pedradas de los estudiantes contra la policía a mediados de los setenta.
Después de ganarse el Moño Núñez en 1996, la distinción más grande que un grupo de música colombiana puede obtener, decidió recorrer todo el mundo con su guitarra, como si fuera un juglar. Claro hizo fama como músico y arreglista y en Bucaramanga todos le dicen “maestro”. Y es que incluso él es el compositor de la música del himno de la ciudad.
Pero la música no es su única pasión. Después de sus largos viajes regresó a Bucaramanga a hacer política. Corría el 2015 y Bucaramanga se alistaba para elegir nuevo alcalde y un nuevo concejo. Claro no quería quedarse por fuera de la contienda y buscó a la Alianza Social Independiente (ASI) para que avalara su candidatura. En octubre de ese año logró 3.446 votos, los suficientes para quedarse con una curul, la única del partido. Al mismo tiempo, el ingeniero Rodolfo Hernández, con un discurso anticorrupción y beligerante se convertía en el nuevo alcalde de la capital santandereana.
Hernández llegó a la alcaldía queriendo, además, enterrar su pasado político (fue concejal de la ciudad y suspendido por suscribir contratos públicos cuando todavía ejercía en el cargo) el mismo que lo llevó a apoyar la campaña de su otrora amigo, el exalcalde Luis Francisco Bohórquez (2012 - 2015), quien le retiró su apoyo después de que en 2015 la Fiscalía lo condenara a cinco años de cárcel por asignar millonarios contratos a la iglesia cristiana Manantial de Amor. Hernández tampoco quería que fuera pública su relación con Freddy Anaya, actualmente contralor de Santander y ficha del clan Aguilar, con quien compartió la empresa Entorno Verde de la cual el hijo del ingeniero estaba en la Junta Directiva.
John Claro llegó al concejo con un propósito claro: hacerle control político a Rodolfo Hernández, ser su más incómodo opositor. Una de las denuncias más graves de Claro siendo concejal fue afirmar que Hernández había llevado a secretarios de la alcaldía de Bohórquez a costosísimos tours por Europa.
Claro también se convirtió en la voz sonante en 2018 cuando la entonces secretaria de Hacienda, Gloria Chacón, radicó un proyecto para cobrar un impuesto de industria y comercio, para las denominadas profesiones liberales (ingeniero, abogado, médico) que devengaron ingresos por prestación de servicios en el año 2017. Claro y otros concejales promovieron una moción de censura a la secretaria de Hacienda lo que provocó una airada respuesta de Hernández, el 24 de noviembre del 2018, en su Facebook live preguntándole a Claro si estaba del lado de la verdad o el lado de los corruptos. El concejal respondió pidiendo una cita en su despacho de la alcaldía municipal para decirle en la cara lo que pensaba de la decisión de su secretaria, que terminó saliendo del cargo después de que el concejo municipal aprobara la moción de censura en su contra con 13 votos a favor y 5 en contra.
Pocas reuniones entre un alcalde y un concejal han sido tan explosivas y conocidas como la que sucedió ese 28 de noviembre. En su despacho Hernández, acompañado por su secretaria personal y un camarógrafo recibió a Claro. Este también iba preparado y llegó acompañado del camarógrafo del concejo. Ambos empezaron a grabar. El video, uno de los más virales en la historia política regional, tiene dos ediciones. La que se conoció fue la de Rodolfo Hernández que fue este:
Pero Claro tenía otra versión y en ella no se ve en ningún momento que le diga que el hijo del alcalde era un corrupto al servicio de Anaya que fue su principal argumento para propinarle una cachetada. Sólo se ve la afirmación de que Luis Hernández trabajaba en la empresa Entorno Verde, perteneciente al ahora Contralor de Santander Freddy Anaya. Hernández entendió que lo trataba de corrupto. La verdad es que el hijo mayor del ingeniero estaba metido en un lío. Luis Carlos Hernández Ontiveros es ingeniero civil y maneja HG, la constructora familiar. En febrero del 2019 aparecería en un video firmando un contrato donde cobra una comisión de éxito –al parecer por $100 millones de dólares– dentro de la adjudicación de un contrato de basuras a 10 años por más de 750 mil millones de pesos a la empresa Vitalogic. El lío es tan mayúsculo que incluso en noviembre del año pasado Rodolfo Hernández acudió a una nueva audiencia en medio del proceso que se adelanta en su contra.
Poco tiempo después de este escándalo, Hernández fue suspendido por la Procuraduría en 2019 por presunta participación en política en medio de la campaña política para elegir a su sucesor. El entonces procurador Carrillo lo sancionó con un par de meses, pero Hernández airoso decidió renunciar al cargo.
John Claro ha sido una piedra en el zapato para Rodolfo Hernández. Le tiene un dossier de por lo menos 35 procesos disciplinarios que tiene el exalcalde en Procuraduría desde que comenzó su administración hasta que renunció al cargo. Con ello, Claro ha decidido emprender una cruzada opositora en sus redes sociales para, según él, desmentir y desenmascarar al ingeniero, que ha aumentado las revoluciones de su discurso anticorrupción y populista que lo ha convertido en el candidato presidencial de peso.