El cielo se cerró de un momento a otro y empezó a llover con fuerza. El agua caía como una catarata sobre la pasarela de Cali Exposhow. Esperaron durante dos, tres horas. No había nada que hacer, el cierre de Exposhow 2013 en la Ermita, el evento que lanzaría la carrera de la joven diseñadora Johana Ortiz, se cancelaba. Los más de 50 ayudantes que estuvieron a su lado durante meses levantando el sueño lloraban desconsolados. Las modelos y ella misma no lo podían creer. Todavía cree que fue el peor día de su vida.
Dos días después, cuando se hundía en la depresión, una llamada de Carlos Eduardo Botero, presidente ejecutivo de Colombiamoda, la sacó a flote: “Como no pudiste mostrar tu colección, te invito a que cierres Colombiamoda”. No era ningún favor. En esa época Johana Ortiz era el secreto mejor guardado de la moda colombiana. El rumor sobre el talento de la caleña se había empezado a expandir en los tres años que estuvo en el Art Institute de Fort Lauderdale y se terminó de cimentar en el Parsons School of Desing de Nueva York. Necesitaba solo un evento global, que aglutinara los ojos de todo un continente para que se confirmara lo grande que era. Durante nueve meses, junto a su tropa de 50 ayudantes, empezó a crear Nativa del Mundo. Esa noche no llovió. Esa noche hasta salieron las estrellas a ver sus diseños.
Se tomaron miles de fotos esa noche. Circularon como un río por las redes. Una de ellas fue tagueada por Lauren Santo Domingo, fundadora y directora de la página web de comercio online Moda Operandi. La clientela se fijó en ella. Todo lo que taguee Lauren Santo Domingo en Facebook se convierte en oro. Es la rey midas de las redes sociale. Esposa de Andrés Santo Domingo, uno de los dos hijos que aún viven del mítico magnate, tiene un poder y un criterio indiscutido dento del mundo de la moda. Trabajó en la revista Vogue y fue aventajada discípula de la despiadada Anna Wintour, la editora de la revista y cuyo personaje inmortalizó Glenn Close en El diablo viste a la moda. Una semana después de Colombiamoda Ortiz ya estaba en el catálogo de Moda Operandi y desde Nueva York o Londres le hacían pedidos. De las 40 salidas de su colección Nativa del Mundo, Lauren escogió 17. Antes que Pepa Pombo, Polite, o Kika Vargas, Johana Ortiz se convirtió en la primera diseñadora colombiana en estar en el prestigioso portal que ya escoge sus colecciones completas y ya el precio de sus vestidos oscila entre los USD 2.500 y 2.800
Cuatro años después de esa explosión Beyonce hace presentaciones con una de sus faldas
Nicole Kidman posa uno de sus vestidos para la Porter Magazine
O Sara Jessica Parker, quien se convirtió en un ícono de la moda desde la década de los 90 aparece en su cuenta de Instagram con un top de la colección Resort 17 de la colombiana
O el Margherita Missoni, nieta de los fundadores de la casa Missoni
El éxito no la ha cambiado. Johana Ortiz sigue siendo la mamá del adolescente Lukas, de Joaquin y de Lorenzo. Está casada con Carlos Caicedo, presidente de Colombina y lo que más le gusta de la vida, además de las orquídeas y los zapatos, que compra por docena, es Cali. Su taller de 1.500 metros cuadrados aún está al sur de su ciudad de la que no se irá nunca así ya se la pase la mayor parte del tiempo en Londres, Nueva York o Milán.
Lo único que le gusta más a Johana que las pasarelas es quedarse dos horas en la mañana a solas en su apartamento, comer su desayuno en la cama y leer los periódicos del mundo entre sábanas. Allí ya se empieza a acostumbrar a ver como las grandes divas del mundo escogen sus diseños.