¡Que le quiten el Oscar a ese energúmeno! ¡Que lo expulsen de la academia! (Ya lo expulsaron). Chris Rock debiera demandarlo por doscientos millones de dólares como bien lo expresa Jim Carrie.
He visto con asombro cómo algunos latinos viviendo dentro y fuera de Estados Unidos han mostrado connivencia y un sesgo explícito con la urgencia de que el macho alfa tenga que salir cual caballero medieval a defender el “honor mancillado” de la princesa y “hacer justicia…”, arista agazapada de una violencia cuya raíz es lo último que se seca.
Violencia maquillada de una “defensa” pírrica ante “descomunal agravio…”. Aclaro que también hay latinos sensatos que han repudiado esta pataleta infantil… no puedo generalizar. Tal vez si esperan a que se asiente el polvo de esta tragicomedia puedan ver con mayor claridad y ser más asertivos en sus apresurados y pírricos señalamientos.
¡Qué vergüenza! ¡Ídolo con pies de barro! Debe haber un choque cultural cuando me doy cuenta de que la mayoría de los latinos, tanto los que viven fuera de los Estados Unidos como los que viven dentro de este país, se han puesto del lado del belicista de honor.
La mayoría de las personas son propensas a sacar conclusiones precipitadas sin tener la menor idea de lo que se esconde debajo del iceberg de una mentalidad disfuncional. ¿Fue realmente la broma inofensiva lo que provocó la ira de Will? ¿Es verdad que el amor empuja a la gente a hacer locuras, como decía él? ¿O es el narcisismo manipulador de su esposa lo que se apoderó del comportamiento de Will?
Miren cuando celebra la broma en el video, y segundos después ve el rostro de su esposa mostrando desaprobación.